El Día Mundial del Huevo se estableció en Viena en 1996 cuando se decidió celebrar una de las fuentes de alimentos naturales más densas en nutrientes, según International Egg Commission. Así, el segundo viernes de octubre de cada año se comparten diferentes formas de cocinar este peculiar alimento que muchas veces se deja a un lado en las dietas, sobre todo entre los más pequeños que comen en los comedores escolares.
El 13 de octubre se convierte en el día cuyo objetivo es compartir los beneficios que esconden los huevos, las formas de cocinar este alimento lleno de vitaminas, minerales y antioxidantes y su aportación a las dietas saludables y equilibradas.
Las dos formas más comunes para cocinar los huevos son friéndolos en la sartén y en la olla o cazo con agua y sal. Pero existe otra manera de hacerlos, sobre todo cuando no tenemos el tiempo suficiente para estar en la cocina: el microondas. Y es que el huevo puede utilizarse en muchas recetas fáciles y rápidas de hacer: fritos, revueltos, pasados por agua, cocidos y escalfados.
Para hacerlos en el microondas, tan solo se necesita un recipiente cuya base no sea más estrecha que su parte más alta -para evitar que salga disparado-, un chorro de aceite para que no se pegue y una pizca de sal. ¿Cómo se lleva a cabo? Muy sencillo. Primero, echamos un chorro de aceite de oliva, cascamos los huevos en un cuenco pequeño y lo dejamos a nuestro gusto. Después, los vertemos en el recipiente, lo tapamos, lo metemos en el microondas y los dejamos cocinar durante dos minutos.
Según el Instituto de Estudios del Huevo, este alimento tiene un gran valor nutricional para la salud. Existen cinco razones para introducirlos en nuestro día a día: