La industria del cine americana está de tripe luto esta semana. Tras el comunicación de la muerte de Bernard Hill, actor que dio vida a personajes tan conocidos como el rey Théoden en 'El señor de los anillos' o el patrón arrepentido del 'Titanic' y la noticia del fallecimiento de Ian Gelder, famoso por su papel de Kevan Lannister en 'GOT', este pasado martes se ha informado también de otro deceso en la industria hollywoodiense. Se trata de la actriz Susan Buckner, reconcida y querida por haber sido parte del elenco de una película que marcó a toda una generación: 'Grease'.
Todo fan del musical recordará aquella escena del gimnasio del Instituto Rydell en la que, mientras se televisaba el concurso de baile, le suben el vestido a la guapa animadora Patty Simcox, quedando su ropa interior a la vista del espectador. Al igual que esas gafas con forma de corazones que le eran tan características y que encajaban perfectamente en el dress code de un film inspirado en la moda de los años '50. Aunque no formaba parte de las Pink Ladies, fue un personaje secundario fundamental en la creación de los roles de instituto, siendo ella la típica alumno a la que le encantaba el primer día de clase.
Antes de comenzar su carrera como actriz, Buckner fue coronada como Miss Washington en 1971 y en septiembre de ese año pasó a ser finalista de Miss América. En 1977, Buckner dio vida a la chica mala de Hollywood Jean Harlow en la serie biográfica El Increíble Howard Hughes y, además, fue una de las bailarinas y nadadoras sincronizadas bautizadas como Las Kroffettes en el programa de variedades The Brady Bunch Hour'.
Cuando Buckner tenía 25 años fue elegida para el papel de animadora del instituto Rydell, el colegio en el que se desarrollaba la historia de amor entre Sandy - papel interpretado por la también fallecida Olivia Newton John - y Danny Zuco. Su último proyecto dramatúrgico fue en 1989 en la película Loca academia de policía 6: Ciudad sitiada, donde interpretó a una periodista. En su cuenta de Instagram, se puede ver que tuvo una vida laboral y personal plena y que disfrutó al máximo de sus relaciones familiares.