Los videojuegos quieren ser considerados el décimo arte

  • Hace tiempo que crece el debate académico sobre si los videojuegos deben ser considerados como el décimo arte

  • El inminente lanzamiento del juego The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom vuelve abrir el debate

  • OXO Museo del Videojuego de Málaga y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza abren el debate sobre el tema

El próximo 12 de mayo llega el esperado videojuego The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, la nueva entrega de una de las sagas míticas de Nintendo que siempre se han utilizado para incidir en la relación directa con los videojuegos y el arte. Para reabrir este debate recurrente OXO Museo del Videojuego de Málaga y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza han celebrado una mesa redonda para analizar la faceta cultural y plástica de este medio, que lucha desde hace tiempo por ser considerado de forma oficial el décimo arte.  

Fue en la Antigua Grecia cuando se clasificaron las artes según el medio utilizado y el efecto que producían en el espectador. Así, los griegos distinguían entre las artes plásticas (escultura, pintura y arquitectura), que creaban formas visibles y tangibles; las artes auditivas (música y poesía), que se basaban en el sonido y el ritmo; y las artes mixtas (teatro y danza), que combinaban elementos de las anteriores. Así llegó esa clasificación clásica que puso en orden las artes: la arquitectura es la primera (considerada entonces como fuente de todas las demás), seguida de la escultura, la pintura, la música, la danza y la poesía (la literatura). 

Ya en el siglo veinte surgieron nuevas formas de expresión artística que ampliaron esta clasificación clásica. El consenso general colocó como séptimo arte al cine, a la fotografía como el octavo y al cómic como el noveno arte (todos ellos artes que incorporaban la imagen, el movimiento y el sonido en el caso del cine y la narrativa). ¿Se ha alcanzado el consenso académico y social suficiente para considerar el videojuego como décimo arte? Muchos expertos piensan que sí y ponen a videojuegos como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom como ejemplo para demostrarlo.

El videojuego como obra de arte

El debate, celebrado en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, ha estado integrado por el novelista Juan Gómez Jurado, la ilustradora y autora Ana Oncina, el artista y educador, director de EducaThyssen, Rufino Ferreras y la desarrolladora de videojuegos, presidenta de la Asociación Española de Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV), Valeria Castro. Juntos han analizado las características que definen la industria del videojuego, moderados por el periodista especializado Santiago Bustamante, director y presentador del programa Fallo de Sistema de Radio3 y director cultural de OXO Museo del Videojuego de Málaga. 

El escritor Juan Gómez Jurado ha asegurado que “el arte es la traslación de la expresión de la experiencia humana”. “Podemos entender el arte como aplicación técnica, o humanista, pero debe ser la capacitación de una expresión, y si eres capaz de emocionarte con algo, es arte. ¿Todos los videojuegos son arte? No, igual que muchas películas tampoco lo son”, ha matizado. No obstante, para el escritor resulta evidente que hay que dejar atrás los límites museísticos para definir el arte, y ceñirse a “las emociones”.

Por su parte, la ilustradora Ana Oncina ha remarcado la idea de que “el videojuego aúna todas las artes; hay arquitectura, hay música”. La autora dice obtener “inspiración” de algunos títulos y deja atrás sin miramientos la propia naturaleza del debate: “Sin duda los videojuegos son arte”. “La posibilidad de crear diferentes finales y modificar personajes también es expresión artística”, ha añadido en referencia a las mecánicas de juego de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, predecesor del inminente Tears of the Kingdom: “Lo que ha conseguido Breath of the Wild es algo brutal”.

Hace falta consenso social”, ha sostenido la desarrolladora Valeria Castro, para reforzar la percepción artística de los videojuegos. En referencia al propio Zelda, Castro destaca la capacidad que tiene de “convertir al jugador en creador, razón por la cual está considerado el mejor juego de la historia”. La presidenta de DEV no ha escatimado en emplear los últimos títulos de la saga como ejemplo clarificador del potencial expresivo del medio: “Detrás de algo tan sencillo como unos alimentos que saltan mientras los cocinas hay muchas decisiones”. 

Desde la perspectiva del artista y educador Rufino Ferreras, “el videojuego juega a engañar al espectador, igual que el cine y la pintura”. Además, ha vinculado los videojuegos con la concepción de la ópera de Wagner como arte “integrador” de otras disciplinas, como la música, el teatro y la escenografía. “Es la clave y la diferencia”. 

La mesa, abierta al público y gratuita, ha repasado algunos títulos que se relacionan con el arte de forma especial, desde el primer Super Mario Bros hasta la mítica Serpiente de los primeros teléfonos Nokia, pasando por la saga Animal Crossing. Santiago Bustamante ha puesto el punto y seguido a la conversación, cargada de reflexiones y nuevas propuestas para jugar con el arte.