Chris Hemsworth, el actor que encarna al mismísimo dios del trueno, Thor, para las películas de Marvel, anunciaba hace poco más de un mes que se tomaba un parón en su carrera para disfrutar de su familia tras conocer que posee una combinación genética inusual que que multiplica entre ocho y diez las posibilidades de padecer alzhéimer. Una enfermedad mental que destruye poco a poco la memoria y otras funciones mentales importantes, y que por ahora no tiene cura, pero si se puede frenar.
En uno de sus últimos proyectos, 'Sin límites', una docuserie que se emite en Disney +, el actor australiano se somete a duras pruebas que demuestran que es digno de levantar el Mjölnir -el pesado martillo de Thor, que solo los dignos pueden ostentar-. En uno de estos capítulos aparece su mujer, y actriz española, Elsa Pataky, en el que ella le ha demostrado su amor y que aún sigue latente desde hace casi 13 años que se dieron el sí quiero.
El echo de poder perder la memoria sobrepasó a Hemsworth, sobre todo por el hecho de poder olvidar a su mujer y sus hijos. Por ello, Elsa ha decidido usar el arte del cine. Con maquillaje, prótesis y peluca, la actriz se transformó en una versión de sí misma, pero con 87 años. Una vez caracterizada organizaron una quedada-trampa con su marido para que conociese a una fan octogenaria.
Al dios del trueno solo le bastó con mirar a los ojos a su mujer para darse cuenta de que era ella, lo que demuestra la gran complicidad que existe entre los actores. Nada más reconocerla, la reacción del australiano fue un tierno beso y un abrazo acompañado de un: "Sigues siendo preciosa". La finalidad del experimento era que Hemsworth pudiese ver el aspecto que tendría si envejecieran juntos.
"Es un momento que recordaremos siempre", comentó la también modelo, quien añadió: "Fue tan profundo, tan inesperado, me sentí segura, fue tan bonito". Además, la española reconoció que quiere llegar a la vejez de la mano de su pareja. "Quiero vivir esos años contigo, necesitamos esos recuerdos".
Por su parte, el actor señaló que el experimento le ha hecho casi llorar. "Creo que lo que es bastante confrontador es acercarme a esa edad por mi cuenta. Lo que hace que sea menos aterrador es tener a alguien con quien experimentarlo, tener personas que amas a tu alrededor me hacen sentir mucho más receptivo", confesó el australiano.