A sus 57 años, la modelo Paulina Porizkova reivindica la naturalidad a la hora de envejecer. Después de muchos años como imagen de grandes marcas de belleza, da toda una lección de cómo ser una misma sin necesidad de recurrir al bótox. Recientemente, la actriz Sharon Stone confesó que su exnovio rompió la relación con ella por no querer utilizar dicha técnica para eliminar arrugas de su piel.
Porizkova ha arremetido en varios ocasiones en su perfil de Instagram contra todos los eslóganes que se utilizan para anunciar cosméticos y otros productos de belleza prometiendo que ayudan a "combatir el paso del tiempo" o a "revertir el proceso de envejecimiento".
Fueron suyos los años 80 y la década de los 90. Modelo de revista, de pasarela y de publicidad y actriz ocasional. Aunque vinieron otras que le comieron terreno, Paulina Porizkova no ha dejado de trabajar.
La checa, con nacionalidad sueca y estadounidense, reconoce que ha perdido el brillo y la belleza de la juventud pero que ha ganado carácter. Últimamente, se ha propuesto mostrar la verdad de su cuerpo, sin sentir vergüenza por la edad.
En un sector cargado de retoques (aunque no se confiesen), odia, dice, "cuando alguien se ha hecho cosas pero afirma que la razón por la que se ve tan bien es por el agua y el yoga".
Paulina defiende una cara sin bótox ni infiltraciones y destaca, en su libro recién publicado, el valor de los años, de la experiencia. Se puede ser mayor y sexy y sí hay que cuidarse para estar bien, pero eliminar las marcas de los años a golpe de jeringuilla, asegura, no es el camino que te hace ser más bella.
"Quiero arrojar luz en los rincones oscuros de la vergüenza que soportan las mujeres por atreverse a envejecer. No puedo cambiar el mundo sola, pero si te sientes como yo, hay algunas mujeres increíbles aquí (en Instagram) que me inspiran cada día", apunta Porizkova en su cuenta oficial.