¿Cómo funcionan los fideicomisos en España?

El fideicomiso es una herramienta jurídica muy utilizada en los negocios y también como forma de preservar patrimonios, permite entregar a una persona la titularidad de unos activos para que los administre durante un tiempo determinado y, pasado un plazo señalado, un acontecimiento o una fecha señalada en el testamento, los entregue a un tercero

El fideicomiso se puede realizar entre familiares de hasta segundo grado o entre personas que, no teniendo esa relación, estén vivas cuando fallezca el testador, según explican los expertos a Maldita.es.

En ocasiones creemos tener una idea equivocada sobre cómo funcionan este tipo de herramientas, lo que nos hace pensar que son la solución ideal ante un problema puntual, sin embargo, esto no siempre es así y conviene informarnos adecuadamente antes de intentar poner en marcha un plan que no saldrá como esperamos. 

Por ejemplo, si pensamos que realizar un fideicomiso en lugar de un testamento puede ser la clave para evitar pagar impuesto en España por una herencia de un padre a un hijo, estamos muy equivocados. 

Cómo funcionan los fideicomisos en España

En un fideicomiso hay tres personas implicadas, la que encarga a otra que administre una cosa, que es el causante o fideicomitente, quien recibe el bien para que lo gestione durante el tiempo señalado, que es el fiduciario, y, por último, la persona a la que finalmente le es entregado el bien pasado el plazo del fideicomiso, que es el fideicomisario. 

Nuestro ordenamiento jurídico solo reconoce el fideicomiso como institución hereditaria y se trata de una obligación compuesta. Al aceptar la herencia, el fiduciario se compromete a cumplir lo planteado y entregar el bien al heredero fideicomisario en las condiciones ordenadas. Se establece una obligación de conservar el patrimonio, que después se convierte en una obligación de entregarlo o transmitirlo. 

Permite un mayor control sobre los bienes del caudal hereditario. El causante puede designar herederos a personas que inicialmente no podrían serlo, gracias a este sucesor intermedio. También puede ser una forma de evitar que el patrimonio salga de la línea familiar, por ejemplo, si se deja un piso a una hija y que a la muerte de esta, le corresponda a un hermano, evita que el piso pueda ser heredado por el cónyuge de ella. 

En cuanto a lo que comentábamos antes, la idea equivocada que tienen muchas personas de que un fideicomiso no paga impuestos, lo cierto es que sí lo hace. De hecho, se pagarán los impuestos correspondientes cuando se crea el fideicomiso, en este caso el encargado de pagar será el fiduciario, pero también en la transmisión. En esta ocasión quien tendrá que pagar será el fideicomisario. La cuantía a pagar dependerá del patrimonio, el grado de parentesco y el tipo de fideicomiso.

Un fideicomiso tiene ciertas ventajas y está claro que en algunos casos será la mejor opción, pero no conviene pensar en él como manera de evitar pagar impuestos, porque eso no es así. En cualquier caso, conviene consultar con especialistas que puedan clarificar cualquier tipo de duda para nuestro caso en concreto. 

Temas