Sentirnos seguros en casa es importante, también poder marcharnos unos días con la tranquilidad de que todo estará igual cuando volvamos. Esto es algo que no siempre podemos conseguir, nadie está seguro completamente ante un intento de robo, pero sí que podemos poner todo lo que está en nuestra mano para evitar que nuestra casa sea un objetivo para los ladrones.
Esto pasa por reforzar y actualizar las puertas, pero sobre todo las ventanas, que son uno de los puntos de acceso más sencillo y el talón de Aquiles de muchas viviendas. Es imprescindible que las ventanas sean seguras, sobre todo cuando estas dan a la calle, y más todavía si están a nivel de calle, como en bajos o chalets.
Este tipo de ventanas hacen que el trabajo de los ladrones sea más sencillo, porque permiten ver el interior de la vivienda, permitiendo saber si está ocupada o vacía, qué hay dentro y si cuenta con medidas de seguridad añadidas. No obstante, cualquier ventana es susceptible de convertirse en un punto de entrada, por lo que protegerlas es clave para poder vivir más tranquilo frente a posibles robos.
Ningún sistema es infalible por completo, pero no hay duda de que, cuantas más trabas se pongan, más complicado será que nuestra casa se convierta en objetivo de los ladrones. Las advertencias visuales pueden ser una buena manera de disuadir, por eso colocar rejas en las ventanas debería ser una de las primeras opciones. Las rejas de metal se sujetan en la pared y hacen que el acceso a la ventana sea más complicado, es la solución más habitual cuando las ventanas quedan a nivel del suelo.
Uno de los puntos más débiles de las ventanas son los cristales, por eso si quieres aumentar la seguridad de tus ventanas, cambiarlos por unos reforzados o incluso blindados puede ser esencial. Las bisagras son otros de los elementos a tener en cuenta si queremos protegernos, porque las ventanas se pueden forzar a través de ellas, por eso hay sistemas de refuerzo de estos elementos.
Otra opción es colocar cerraduras en las manillas de las ventanas, solo girando la llave podremos bloquearlas y desbloquearlas a nuestro antojo, añadiendo una dificultar extra ante posibles incursiones indeseadas. En función del tipo de sistema de cierre, de la ventana y de la manilla, se pueden emplear un sistema u otro.
Igual que señalábamos el material del cristal, también las ventanas en sí mismas necesitan nuestra atención, porque los marcos elaborados con materiales como la madera son muy bonitos, pero también son más sencillos de forzar, sobre todo conforme pasa el tiempo y dejan de encajar a la perfección. Las persianas se pueden convertir en nuestros mejores aliados, sobre todo aquellas que no son de plástico, sino metálicas, por ejemplo, que hacen más ruido si se intentan forzar, o también otras con sistema autoblocante, que no se pueden forzar desde el exterior.
Por supuesto, siempre nos queda la opción de instalar una alarma, algunas de ellas tienen un componente extra para ventanas, por lo que la protección será extra.