Las vacaciones de verano son tradicionalmente uno de los periodos favoritos de los ladrones, ya que se trata del momento del año en el que resulta más fácil actuar. Nos ausentamos durante periodos de tiempo prologados y, además, las calles suelen estar mucho más vacías de lo habitual, precisamente porque los desplazamientos en estas fechas aumentan exponencialmente. Por lo que es importante conocer las señales que alertan que pueden robar en tu casa este verano.
También es conveniente conocer cuándo y cómo actúan los delincuentes, con el fin de evitar sustos innecesarios.
Tenemos una idea preconcebida de las películas de que los ladrones actúan con pasamontañas y aprovechando la tranquilidad de las oscuras noches. Y aunque esto puede pasar, la mayoría de los robos ocurren durante el día, ya que es cuándo no hay nadie en casa. Las investigaciones sugieren que el momento más fácil para que un malhechor entre en nuestros hogares es entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde de lunes a viernes.
Los ladrones prefieren esta franja del día porque es cuándo más probable es que la casa esté vacía, ya que los adultos se encuentran en sus trabajos y los niños en el colegio, por lo que tienen mayor tiempo de entrar sin problema.
Además, para un ladrón que ha decidido un hogar como objetivo, es más fácil recopilar información sobre las rutinas de los inquilinos, para saber así que tiempo se queda la casa vacía. Por otro lado, también en este horario levantan menos sospechas, pudiéndose hacer pasar por vendedores, electricistas, etc.
También, durante el día somos menos cuidadosos que durante la noche, dejando alguna puerta o ventana abierta para que entre aire fresco en los hogares.
Por norma general, los robos suelen durar menos de 10 minutos, por lo que los ladrones tienen un tiempo limitado para actuar. Algunos de los artículos más obvios incluyen: dinero en efectivo, joyas, relojes y pequeños dispositivos electrónicos. Otros artículos, no tan obvios, incluyen medicinas, llaves, armas, ropa, información personal, comida y alcohol.
El dinero en efectivo es lo más buscado por estos delincuentes, ya que es imposible de rastrear, y los ladrones conocen los principales sitios dónde guardamos nuestros ahorros: cajones y armarios en el dormitorio principal, así como debajo del colchón y lugares inusuales como dentro de un jarrón, una caja de zapatos o una caja de cereales en la cocina.
Otro de los botines preferidos son las joyas y relojes, debido a su gran valor de reventa y la facilidad de transportarlos. Así como dispositivos electrónicos como portátiles, tablets y teléfonos móviles, por el mismo motivo.
En cuanto a los elementos más inusuales que son sustraídos destacan los medicamentos con o sin receta. Principalmente debido a un aumento en la adicción a los analgésicos y tranquilizantes, y porque existe un enorme mercado negro donde los medicamentos recetados se venden con más facilidad que los dispositivos y la electrónica.
Con respecto al robo de llaves, ya sea de la casa o del coche, debemos llevar mucho cuidado, pues estás pueden ser vendidas a otras personas o facilitarles la entrada la próxima vez. Por lo que, en caso de robo, debemos tener controladas las llaves que solemos tener guardadas de emergencia, para saber si nos han sido sustraídas y cambiar rápidamente la cerradura.
Por último, documentos como extractos bancarios, pasaportes y certificados de nacimiento también se encuentran en las listas de objetivos de muchos ladrones, ya que pueden usarse para extraer sus datos y chantajearlo, realizar actividades fraudulentas en su nombre e incluso robar su identidad.