¿Cómo esterilizar tarros de cristal para hacer conservas?

En cocina, hay veces en las que necesitamos guardar determinados alimentos durante meses, bien sea porque nos ha sobrado una buena cantidad o porque queremos tener siempre a mano en la despensa alguna de nuestras recetas preferidas. El método más efectivo es la conserva. Para envasar cualquiera preparaciones correctamente, debemos seguir un proceso que garantice la conservación de lo que vamos a guardar, ya sea carne, verduras o alguna variedad deliciosa de mermelada. Es momento de esterilizar.

Cómo esterilizar correctamente cualquier frasco

El proceso es bastante sencillo, aunque hay que mantener todo el tiempo un protocolo estricto para asegurar que la conserva se realizará en las mejores condiciones de higiene y conservación. Nunca debemos tocar el interior tarros con las manos una vez han sido esterilizados

Además, es fundamental que elijamos tarros de vidrio de buena calidad, a poder ser, con tapas metálicas.

Antes de la cocción a alta temperatura, hay que comprobar que no haya ningún tipo de grieta o astilla en el vidrio, ya que esto podría comprometer el proceso de esterilización y estropear el contenido del bote. Tampoco nos servirían tarros con tapas que previamente hemos forzado con un cuchillo, con la clásica técnica de crear una pequeña grieta en el vacío para expulsar el aire y que el bote en cuestión sea más sencillo de abrir.

Para la esterilización, necesitaremos:

  • Una olla de buen tamaño
  • Los recipientes o tarros de cristal donde irá la conserva.
  • Las tapas
  • Una rejilla metálica para elevarlos desde el fondo de la olla.
  • Pinzas metálicas o de madera para poder sacarlos sin peligro.

Procedimiento a seguir:

  1. El primer paso será preparar cada uno de los botes y sus respectivas tapas metálicas. Basta con limpiarlos a fondo con agua caliente y jabón. Así eliminaremos cualquier resto de suciedad o grasa y podremos realizar la esterilización sin mayores problemas.
  2. A continuación, colocamos los tarros y las tapas en la olla y la llenamos con suficiente agua para cubrirlos por completo. Deben estar completamente sumergidos, con un mínimo de 2,5 cm de agua por encima, pues solo de esa manera eliminaremos el aire atrapado (puede interferir en la esterilización). Otra opción es esterilizarlos en el horno, a 130º durante 25 minutos.
  3. Cuando el agua llegue a ebullición, los dejamos hervir 10 minutos.
  4. Una vez pase el tiempo, los sacamos con ayuda de las pinzas metálicas y los colocamos boca arriba en una superficie esterilizada (toalla limpia o rejilla) para que se sequen completamente al aire. Es importante no tocarlos con las manos ni arrimarlos a ninguna fuente de contaminación.
  5. Resta solo transferir la conserva al tarro de la forma correcta. Hay que hacerlo cuando está caliente. Para ello, utilizaremos un embudo, pues es una manera de no derramar restos de la preparación sobre los bordes del frasco.
  6. Cerraremos la tapa sin apretar en exceso para que el calor residual cree el vacío y el alimento se conserve en perfecto estado durante meses.