La temporada de otoño e invierno es sinónimo de algunas frutas perfectas para esta estación y platos típicos que apetece mucho preparar en esta época. En Navidad, la tradición de las campanadas manda, y se hace especialmente importante llegar al cierre de año con unos buenos racimos de uvas preparadas en la nevera.
La uva es una de esas frutas versátiles con las que contamos en nuestras fruterías y supermercados. Lo mismo arreglan un buen postre que sirven para endulzar la sobremesa con un poco de queso fresco. Lo mejor es que son saludables, su aporte calórico es muy bajo y contienen vitaminas y antioxidantes.
Su conservación y manejo generan algunas dudas entre quienes las consumen tanto la noche del 31 de diciembre como el resto del año, ya que es una fruta muy presente en las mesas españolas. ¿Qué trucos hay para que siempre estén perfectas en la nevera? ¿Hay que dejarlas a temperatura ambiente o es mejor guardarlas en frío para que se conserven mejor?
Veámoslo.
Dependiendo del tipo de envase, el grado de conservación variará un poco, aunque no es determinante si utilizamos algunos trucos para mantener la fruta en buen estado. Los más habituales y recomendables son el Flow Pack, el de asa y el termosellado, que conserva las uvas más tiempo.
Al comprarlas, tenemos que fijarnos en las manchas externas, el tallo, la raspa y el olor. Estos detalles nos indicarán el grado de maduración. Un tallo oscuro indica, una raspa demasiado flexible o un olor a vinagre presente en nariz indicarán un alto grado de maduración.
Si las vamos a consumir inmediatamente no será un problema. Si vamos a dejarlas algunos días fuera de la nevera y a tomarlas poco a poco, entonces deberemos seleccionar las que presenten tallos más claros y tengan raspas duras o semiduras. Un tallo oscurecido no nos interesa.
A más madurez, más dulzor, lo que puede ser ideal para rematar un postre que requiera de ese punch de sabor. Siempre hay que tener en cuenta que tener la fruta a temperatura ambiente acelerará el proceso de degradación, algo que suele generar bastantes problemas con esta fruta en particular.
De entre todos los trucos disponibles para conservar las uvas perfectas durante más tiempo, sin duda el mejor es el de la servilleta. Necesitaremos una bolsa hermética de la que podamos sacar el aire y una servilleta de papel común.
Metemos las uvas en la bolsa sin apretarlas demasiado. Después introducimos la servilleta plana, sin doblarla, y cerramos la bolsa tratando de expulsar todo el aire.
El tiempo de consumo máximo de esta fruta es de dos semanas a partir de la fecha de compra, por lo que es recomendable pegar una etiqueta en la bolsa hermética y apuntar la fecha en la que entran en casa. Esa será nuestra referencia para desechar los racimos si nos pasamos de tiempo.