La tarjeta de aparcamiento para personas con movilidad reducida es un elemento esencial para mejorar su capacidad de desplazamiento. El hecho de poder acceder a plazas de aparcamiento reservadas para personas discapacitadas facilita el día a día de quienes han de enfrentarse a todo tipo de dificultades en su movilidad.
Sobre esta tarjeta hay que apuntar que no se limita únicamente al territorio español, sino que en realidad estamos hablando de una “Tarjeta Europea de estacionamiento para personas con movilidad reducida” que puede expedirse en cualquier Estado miembro de la UE. “La tarjeta es personal e intransferible y podrá utilizarse siempre que su titular conduzca un vehículo o se desplace en él”, explican en el Punto de Acceso General electrónico a las Administraciones Públicas.
Llevar a cabo el trámite para solicitar una tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida no es complicado. Dependiendo del lugar de residencia, el demandante deberá acudir al ayuntamiento o al órgano autonómico que se encargue de esta gestión. Serán estas entidades las que informen tanto de los requisitos como de la documentación que se ha de presentar. En esta documentación estará incluido el dictámen médico que reconozca el grado de discapacidad (ha de ser superior al 33 %).
En este punto cabe señalar que no solo la puede solicitar la persona que vaya a conducir el vehículo, sino también alguien que viaje habitualmente en el mismo. Por ejemplo, si en un hogar hay una persona con movilidad reducida y no es conductora, también podrá solicitar la tarjeta.
Tal y como expone el citado portal de la Administración Pública, “siempre que te desplaces en un vehículo y lleves tu tarjeta europea de estacionamiento para personas con movilidad reducida, podrás estacionar en espacios reservados, habitualmente señalizados con un cartel o dibujo de una silla de ruedas”.
Normalmente hay plazas reservadas en la mayor parte de edificios oficiales y en todo tipo de establecimientos. Es más, incluso se puede solicitar una plaza personalizada que se encuentre cerca del domicilio de residencia. Esta plaza tendrá el número de matrícula señalado.
Asimismo, dependiendo de cada municipio, existen otras opciones como el estacionamiento en zonas de carga y descarga, en paradas de transporte público, así como en zonas de aparcamiento O.R.A. y de estacionamiento limitado. Eso sí, en estos casos, no será posible cuando se cause algún tipo de perjuicio al resto de usuarios.
Por otro lado, esta tarjeta también ofrece la posibilidad de beneficiarse de descuentos en algunos aparcamientos o de la opción de acceder a zonas restringidas al tráfico.
El hecho de contar con una tarjeta de estas características no implica que se pueda aparcar el coche allá donde se desee. Como se puede deducir, no permite el estacionamiento en zonas peatonales, en pasos de peatones y en otros lugares en los que está prohibido parar o aparcar. En caso de que esto ocurra, el vehículo será sancionado tal y como ocurriría con cualquier otro automóvil.