El dolor de cervical es uno de los más habituales e incómodos que las personas padecen con asiduidad. Ya sean episodios esporádicos o molestias crónicas, lo cierto es que condiciona el día a día de quienes lo padecen. “Se considera que un 34%-35% de la población padecerá dolor cervical en algún momento de su vida. Es una patología frecuente en las consultas de Atención Primaria, que implica a reumatólogos, traumatólogos, neurólogos, neurocirujanos, psiquiatras y, en algunos casos, especialistas en el manejo del dolor”, explica el doctor Mendoza Fernández en el artículo “Un paciente con dolor cervical” publicado en Elsevier.
Por lo tanto, cualquier remedio para atajarlo en la medida de lo posible es bienvenido. Para ello, la mejor recomendación es acudir a un especialista tanto para que lleve a cabo un tratamiento, como para que proponga los ejercicios de mantenimiento que mejor vayan a repercutir en la salud de las cervicales. Entre ellos hay algunos que se pueden realizar con una toalla, la cual ejerce como soporte para que los movimientos sean más precisos.
En la web fisioterapia-online.com, el fisioterapeuta Iñigo Junquera aporta un buen ejemplo de cómo utilizar una toalla para aliviar el dolor de cervicales. De este modo se evita la movilización de las cervicales usando las manos. “La toalla al rodear el cuello va a proporcionar una agradable sensación de protección y estabilidad a la zona cervical muy útil en personas con una movilidad dificultosa o reducida en el cuello”, explica antes de apuntar las características del ejercicio. Su duración ha de extenderse de tres a cinco minutos y la intensidad debe ser suave, lenta y tomando consciencia de lo que se está haciendo. Asimismo, puede realizarse cada día, aunque nunca debe doler el cuello.
En cuanto al ejercicio en sí, resulta muy sencillo de llevar a cabo. Se enrolla una toalla y se coloca colgada en el cuello. Cada mano coge el extremo opuesto –con la derecha el que cae al lado izquierdo del cuello y viceversa–. A continuación, una mano se eleva y la otra se deja abajo, de manera que la elevada tira de la toalla suavemente para realizar la movilización cervical. Obviamente, el ejercicio debe realizarse para ambos lados.
Junquera apunta que esta movilización cervical puede ser muy útil para personas mayores o con problemas más agudos, tales como “cervicales muy artrósicas, cervicalgias con movilidad reducida y dolorosa y sensación de movimiento cervical inestable”.
Después de apuntar cuál es el ejercicio que mejor le puede venir a las cervicales, hay que señalar uno similar pero con una misión diferente: la de fortalecer la musculatura. En este caso, con la cabeza un poco echada hacia atrás y apoyada sobre la toalla, hacemos fuerza al tiempo que tiramos desde ambos extremos. La resistencia debe ser menor, ya que de lo contrario es posible lastimarse.