Las mascotas son una parte muy importante de nuestras vidas, y su bienestar es, y debe ser, una prioridad absoluta para ser dueños responsables. El pasado 29 de septiembre ha entrado en vigor la Ley de Bienestar Animal, que entre otros aspectos incluye la obligación de contar con un seguro para mascotas, especialmente perros, como medida de protección tanto para los animales como para la comunidad en general. Por supuesto existen varios tipos de seguros para mascotas, con distintos precios aproximados y, además, te contamos cómo contratarlos.
Los precios de los seguros para mascotas varían según diversos factores, como el tipo de seguro, la raza y edad de la mascota, y la ubicación geográfica. También conviene consultar con la aseguradora de nuestro hogar, ya que podrían incluir descuentos si contratamos este seguro con ellos.
A modo de referencia, aquí puedes encontrar un coste estimado aproximado de los precios en cada caso:
Debemos comenzar por investigar las opciones de seguros para mascotas disponibles en nuestra zona, empezando con aseguradoras locales o utilizar sitios web de comparación de seguros para descubrir los precios de cada modalidad y compañía. También es recomendable solicitar cotizaciones de varias compañías de seguros para comparar precios y coberturas. Y eso sin olvidarnos de proporcionar información precisa sobre nuestra mascota, como su raza y edad.
Antes de tomar una decisión en favor de una aseguradora u otra, conviene leer detenidamente los términos y condiciones de la póliza para comprender qué está incluido y qué no. Es importante prestar atención a los límites de cobertura y los deducibles. En función de esto deberíamos elegir el plan que mejor se adapte a las necesidades de nuestra mascota y el presupuesto que tengamos. Podemos optar por un seguro de responsabilidad civil, un seguro de salud o una combinación de ambos, según lo consideremos necesario.
Una vez que hayas seleccionado un seguro, solo habría que completar el proceso de solicitud proporcionando la información requerida y pagando la prima correspondiente. Esto se puede hacer de forma online o telefónica. El último paso, y quizás uno de los más importantes, es asegurarnos de mantener todos los documentos relacionados con el seguro en un lugar seguro y accesible en caso de necesitar hacer una reclamación en el futuro.