Hace menos de tres meses alertábamos de la importancia de revisar ciertos elementos del vehículo para no terminar tirados en la carretera, destacando que calibrar los neumáticos y comprobar el nivel de aceite no eran suficientes para tener el coche a punto para viajar. Y es que el verano es la época de todo el año en la que más número de averías se registran.
Por cierto, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Tesla es de las marcas menos fiables en cuanto a las averías de automóviles se refiere. En el lado contrario destacan Lexus, Subaru y Toyota. No obstante, el buen oído a la hora de escuchar los ruidos del coche puede ayudarnos a no pegarnos un buen susto, también en el aspecto económico.
Prevenir una avería puede suponer un importante ahorro para nuestro bolsillo. Por ello, estar atentos a los ruidos que el vehículo hace es fundamental para evitar que el problema vaya a más con el paso del tiempo, destacan los expertos de Autocasión.
El chirrido agudo al frenar o acelerar. El primero de ellos es un sonido agudo que al soltar el pedal deja de escucharse o se hace de forma intermitente. Suele indicar que las pastillas de freno están en el límite de desgaste y lo produce una pequeña chapa metálica que el fabricante instala precisamente como alerta. Si esto sucede, debemos cambiar las pastillas cuanto antes.
Si el sonido que escuchamos es al acelerar de cero, al comenzar la marcha, suele deberse a la correa que mueve los auxiliares cuando ésta patina sobre las poleas. Según indican desde la citada publicación, la solución puede estar en cambiar la correa o darle un poco más de tensión.
El golpeteo en el motor. Si escuchamos un chasquido en el motor que antes no hacía, lo aconsejable es que apaguemos el coche y pidamos una grúa para llevarlo al taller. Puede tratarse de poca cosa pero muchas veces se debe a que la biela se ha aflojado y golpea en el cigüeñal.
La reparación es cara, pero es mucho peor si finalmente la biela termina por salirse y rompe el bloque del motor, teniendo que colocar un nuevo por completo.
Ruido al girar el volante. Se debe a un nivel de líquido bajo, que hace que en la bomba hidráulica entre aire y se formen burbujas. Lo primero que debemos hacer es mirar el nivel de la dirección asistida y rellenar si es necesario. Si usamos mucho así el coche acabaremos por romper la bomba hidráulica. Por otro lado, si el nivel ha bajado es porque existe una fuga en el circuito.
'Claqueteo' al maniobrar. Si cuando giramos el volante hacia un lado y avanzamos escuchamos un 'cla-cla-cla', lo más seguro es que una junta homocinética de la transmisión esté gastada, probablemente porque se ha roto el fuelle de goma que la cubre y ha perdido el engrase.
Silbido del turbo. Si el sonido del turbocompresor es muy intenso, el funcionamiento no suele ser el correcto. Es posible que su eje esté desgastado, que el régimen de giro no sea el idóneo, que existan fugas de presión o que la válvula de descarga esté averiada. Lo más recomendable, subraya Autocasión, es que un mecánico te resuelva la duda.
El sonido al cambiar de marcha. En este caso puede que los engranajes tengan demasiada holgura o que los cojinetes estén desgastados. También puede indicar un nivel bajo del líquido de transmisión si se oye incluso estando parado.