Con el fin de reducir el presupuesto que el conductor destina a repostar carburante, a la hora de adquirir un coche, comprobar las cifras de consumo de combustible se ha convertido en algo esencial. Con el paso del tiempo, los coches más modernos han conseguido optimizar sus cifras de consumo aunque las diferencias entre unos y otros modelos siguen siendo notables. La OCU ha publicado una clasificación de los vehículos que menos combustible gastan según su tipo de motor, al recorrer 100 kilómetros.
El peso, el tamaño, la manera de conducir y el motor influyen en el consumo del vehículo, aunque muchas personas prefieren arriesgarse a sufrir inconvenientes en carretera antes que pagar suficiente gasolina, independientemente del coche.
La OCU ha analizado los vehículos por tipo de motor y ha realizado una clasificación con los que menos combustible gastan al recorrer 100 kilómetros, siendo esta la medida estándar en la que suelen ofrecerse estas cifras.
En los dos últimos casos, lo que se tenga que repostar dependerá del uso del modo eléctrico.
En cuanto a los eléctricos puros, el que mejor gasto de electricidad hace es el Fiat 500e, que gasta solo 13 kWh.
Los coches bifuel, con mecánicas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) o de Gas Natural Comprimido (GNC), entran en la categorización mediante la etiqueta Eco, además de que son más asequibles que los híbridos y por supuesto, que los eléctricos.
Los automóviles que funcionan con GLP disponen de dos depósitos de combustible, uno para la gasolina y otro para este combustible alternativo, que se obtiene en un 65% de la extracción del gas natural y un 35% del refinado del petróleo. Al disponer de dos tanques tienen mucha mayor autonomía en lo que a kilometraje se refiere y permite un ahorro en combustibles de hasta el 40%. El precio del GLP está por muy por debajo de la gasolina o el diésel, en torno al euro por litro, según informa 20 minutos.
Los GNC funcionan de la siguiente manera: el gas natural se almacena un depósito (donde permanece en estado gaseoso) y se transfiere a alta presión hasta el colector de admisión o la cámara del combustible. Entonces, la presión se reduce para compatibilizarla con el sistema de inyección y se mezcla con el aire.