Cuando un empleado deja de formar parte de una empresa por haber recibido un despido disciplinario, ve mermados sus derechos, ya que se trata del peor tipo de despido que existe en la actualidad. Sin embargo, desde 2022 puede optar a cobrar el paro.
Como su propio nombre indica, un despido disciplinario es el que tiene lugar cuando el trabajador ha cometido una falta considerada muy grave. El Estatuto de los Trabajadores en su artículo 54 enumera los motivos por los que una empresa puede llevar a cabo un despido de esta naturaleza, a saber:
Antes de 2022, las personas que recibían un despido disciplinario no cobraban ningún tipo de indemnización por parte de la empresa. Además, tampoco podían solicitar el paro. Únicamente tenían la opción de demandar a la empresa para que se tuviera constancia de que estaba en situación de desempleo.
Esto cambió el pasado año, ya que desde entonces las personas despedidas por los motivos anteriormente descritos sí que pueden solicitar el paro presentando en el SEPE la carta de despido y el certificado de empresa.
Para cobrar el paro después de un despido disciplinario, es necesario cumplir una serie de requisitos que apuntamos a continuación:
Así pues, cualquier trabajador en esta tesitura tiene opciones de recibir la prestación por desempleo, dejando como único tipo de despido que carece de derecho a paro el despido voluntario.
Cuando existe un despido disciplinario, la Seguridad Social puede requerir una comprobación detallada con el objetivo de evitar un posible fraude o una actuación no acorde con lo que realmente haya sucedido.
En este punto hay que señalar que la empresa deberá comunicar el despido disciplinario al empleado mediante un escrito en el que se expliquen las razones que han conducido a tomar esta drástica decisión.
En el caso de que el trabajador se encuentre afiliado a un sindicato, la comunicación del despido ha de hacerse con anterioridad al delegado de la sección sindical. Si no se cumplen estas condiciones, el despido podría considerarse inválido.