Como sabrás, Chernóbil se convirtió en el centro de todas las miradas en 1986 por una explosión en su central nuclear que dispersó una nube tóxica por buena parte de Europa. La zona de exclusión entre Bielorrusia y Ucrania lleva 34 años deshabitada, pero esta semana la radiación ha vuelto a poner el foco sobre la región por un incendio que ha multiplicado los niveles y ha obligado a los bomberos a exponer su salud. Lo peor de todo es que se podía haber evitado, cuentan.
El domingo saltaron las alarmas en el centro de emergencias ucraniano. Más de 100 hectáreas se quemaban en el área de exclusión, donde desde hace tres décadas yacen restos radioactivos. Yégor Fírsov, jefe del servicio de Inspección Ecológica, fue informando de los avances de los bomberos a través de Facebook. En una de sus publicaciones, muestra el indicador de radiación al que se están exponiendo para apagar el foco del fuego: 16 veces más de lo normal.
Los niveles de radiación se monitorean de manera constante para evitar repuntes y poner a salvo a la población en caso de que se den. Es por ello que los equipos de emergencias cuentan con estos medidores. Si lo habitual en circunstancias normales es que se alcancen los 0,14 sv/h (la unidad para medir la radiación se llama sievert), estos días se registraban 2,39 sv/h. No obstante, Fírsov ha informado de que estos niveles se daban solo en la zona cero.
"Es habitual que algunos ciudadanos prendan fuego a la hierba en primavera y otoño, lo cual supone un enorme problema para nosotros", escribía en su perfil. "Todos los años vemos la misma imagen. Las medidas legales contra los que empiezan incendios deberían multiplicarse por 50 o 100", se quejaba en la red social.
A pesar del incidente, Chernóbil rebosa vida desde que fue desalojada. Multitud de especies de plantas y animales han aparecido a lo largo de los años en la reserva estatal de Polesia que se creó en la región, e incluso se ha convertido en la última oportunidad de sobrevivir para la última subespecie de caballo salvaje que queda en la Tierra, el caballo de Przewalski.