La forma y el color de las heces son indicativos de la salud intestinal de una persona. Dependiendo del tiempo que pasan en el colon adoptan distintas formas y, precisamente, esta variedad puede ayudar a los médicos a diagnosticar problemas mayores.
Para ayudar a clasificación, los investigadores S. J. Lewis y K. W. Heaton crearon una tabla de siete tipos de heces en función del tiempo que han pasado en el colon y que publicaron por primera vez en 1997 en la revista 'Diario escandinavo de gastroenterología'. Es la conocida como Escala de Bristol.
Este tipo de heces, en general, se relaciona con el estreñimiento, aunque también puede indicar otro tipo de problemas como lesiones obstructivas del tubo digestivo, impactación fecal o megacolon.
Normalmente, la persona que defeca así consume poca fibra con lo que las heces, que han permanecido mucho tiempo en el colon, adoptan la forma de trozos duros, deshidratados y separados y la defecación es difícil.
En este sentido, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, recomienda comer como mínimo cinco raciones de frutas y verduras al día, incluir en la dieta frutos secos con cáscara comestible, beber abundante líquido y practicar deporte diariamente.
El segundo tipo de deposiciones, según la escala de Bristol, adopta una forma alargada y llena de bultos. Aunque no es tan grave como el primer caso, suele ser indicativo de que la persona bebe poca agua o, al igual que en el caso anterior, no consume mucha fibra y, como consecuencia, sufre estreñimiento.
Para evacuar este tipo de heces, que suelen ser más grandes que el canal anal, hay que hacer mucho esfuerzo y pueden dar lugar a sangrado, fisuras, hemorroides o divertículos.
El tercer tipo de heces, en forma de morcilla y con grietas en la superficie, es normal. No obstante, estas grietas son indicativo de que el individuo no bebe tanta agua como debería o su dieta no contiene tanta fibra como debería por lo que la caca permanece más tiempo en el intestino. Aunque en este caso la defecación cuesta algo de trabajo, suele ser regular.
La morfología del cuarto tipo de heces es alargada, lisa y blanda de un diámetro de unos 2cm o menos. El individuo defeca sin dificultad unas dos o tres veces al día y se hidrata correctamente, su dieta es variada y equilibrada y realiza ejercicio con regularidad, por lo tanto no debe preocuparse.
El quinto tipo de heces, blandas, pero con los bordes definidos y, normalmente, acompañadas de gases, puede indicar que la comida no se ha digerido bien del todo, es decir, es característica de haberse dado un atracón y es difícil contener las ganas de ir al baño.
Las heces que se presentan en fragmentos pastosos, acuosos y con bordes irregulares son un indicativo de una ligera diarrea. Puede estar asociada a un exceso de condimentos o potasio, a la deshidratación o al estrés, entre otras cosas.
El último tipo de heces, sin forma sólida y de forma continua son diarrea. Además, suelen tener un tono más claro de lo normal. El peligro de este tipo de deposiciones es la deshidratación ya que se dejan de absorber nutrientes. En este caso, el médico indicará una dieta astringente con sueros orales.