Los núcleos de hielo de la Tierra esconden secretos de un pasado lejano. Entre ellos, por qué se dieron eventos que hoy en día sabemos que existieron, pero no hemos sabido resolver. Uno de esos enigmas que tantos quebraderos de cabeza ha traído a la ciencia es por qué desapareció la Luna en el año 1110. El cielo se oscureció y permaneció así meses, quizá años. Ahora un nuevo estudio podría haber dado con la clave.
Esto es lo que habría pasado, según la investigación: una nube masiva de partículas de azufre fluyeron por la estratosfera convirtiendo el día en noche, hasta terminar depositándose en la superficie de la Tierra y quedar atrapada en las capas de hielo o glaciares.
El hielo entierra secretos sobre erupciones volcánicas que marcaron el rumbo de la humanidad. Aunque señalar la fecha exacta de un evento es improbable.
El sulfuro hallado en el hielo siempre se había asociado a la erupción de 1104 Hekla (Islandia), sin embargo el análisis liderado por el paleoclimatólogo Sébastien Guillet de la Universidad de Ginebra en Suiza, y publicados en la revista ‘Nature’ en abril de 2020, desmienten esta creencia.
Al examinar antiguos documentos sobre eclipses en la era medieval, el equipo de Guillet encontró algo interesante: un eclipse lunar total "oscuro" tuvo lugar en mayo de 1110 en Europa. Esto demostraría su teoría sobre una bruma de aerosoles volcánicos que recorrió la estratosfera por la misma fecha.
"En la quinta noche del mes de mayo apareció la Luna brillando por la tarde, y luego poco a poco su luz disminuyó, de modo que, apenas llegó la noche, se apagó tan completamente con todo, que ni la luz, ni orbe, no se vio nada en absoluto ", escribió un observador en el Peterborough Chronicle, según ‘Science Alert’.
La gran pregunta aún sin resolver es: ¿Qué volcán causó la erupción que tapó el cielo con un velo de aerosoles?
La teoría más factible, han concluido los investigadores que han tomado parte en el estudio, es a erupción del Monte Asama, un volcán de 2568 metros que se encuentra entre los más activos de Japón.
Este volcán habría producido una erupción en 1108 que duró meses, “más grande que una erupción posterior en 1783 que mató a más de 1.400 personas”, apunta ‘Science Alert’.
Para terminar de confirmar su hipótesis, los científicos analizaron los anillos del tronco de los árboles. Estos, como hielo, desvelan detalles geológicos del pasado que desconocemos. En ellos encontraron evidencia de que el año 1109 fue excepcionalmente frío, lo cual explicaría una erupción volcánica masiva, que habría limitado la llegada de energía solar a la superficie de la Tierra.