Los devastadores incendios forestales de los últimos días en Canadá están afectado especialmente a la ciudad de Lytton, que se ha colocado en el centro de todas las miradas. Fruto de las llamas, que se propagan y avivan con gran facilidad en un escenario de calor extremo, se están gestando nubes ‘pirocumulonimbos’, que generan auténticas tormentas de fuego con rayos incluidos que poco ayudan a la situación. ¿Cómo se forman?
La Columbia Británica canadiense se ilumina estos días con unos relámpagos muy particulares. Las nubes que tapan los cielos se han formado como resultado de los incendios, y a su vez podrán contribuir a empeorarlos en un trágico círculo vicioso a medida que escupen rayos y dispersan las brasas.
Para contextualizar: el noroeste de Estados Unidos y amplias regiones de Canadá viven desde el pasado fin de semana la peor ola de calor que se recuerda. Las temperaturas han sido extremadamente elevadas, con un máximo registrado en Lytton de 49,6 ºC el martes. Esto, como se preveía, ha desatado asimismo un brote de incendios como poas veces se ha visto… Un brote que podría empeorar en los próximos días.
Cientos de muertes repentinas se atribuyen al calor especialmente en la Columbia Británica, y muchos de los residentes de esta aldea canadiense lo han perdido todo por las llamas. Entre el martes y el miércoles el humo lo envolvió todo en Lytton y todos sus habitantes evacuaron, y ahora los vecinos temen volver a un hogar reducido a cenizas. Sobre todo, ante la previsión de que las tormentas ígneas o ‘de fuego’ aviven aun más los focos activos.
Cuando el aire caliente se eleva y se eleva desde el foco de un incendio (o una erupción volcánica), hasta alcanzar la atmósfera, puede transportar vapor de agua que ‘fabrica’ esas nubes ‘pirocumulonimbos’, de tipo convectiva, que los expertos abrevian “pyroCb”.
“La precipitación y los rayos también pueden ocurrir con este tipo de nubes, lo que crea el riesgo de que el fuego se expanda debido al aumento del viento debido a la corriente descendente de las precipitaciones o al crear nuevos incendios debido a los rayos. Estas son todas las cosas que los administradores de incendios deben tener en cuenta mientras continúan tratando de combatir el fuego”, explica la NASA.
Es decir, del fuego nacen las nubes que dan lugar a las tormentas, y de esas tormentas pueden nacer nuevos incendios. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Tampoco ayudan a extinguir los incendios activos estos ‘pyroCb’. Muchas veces, como parte de estas tormentas ígneas, se forman intensas columnas de viento seco que dispersan las brasas, como “un dragón que escupe fuego”, lo describe la NASA, llegando a crear tornados ardientes como uno de los más espectaculares que hemos visto nunca, que se generó a raíz del incendio de Loyalton en el norte de California en agosto de 2020, que arrasó más de 20.000 hectáreas de tierra.
El de la siguiente imagen se produjo el 7 de agosto de 2002 al oeste de Borrego Springs, California.