La ola de ataques de orcas a veleros no cesa: lo hacen para jugar pero provocan el terror

  • La ola de ataques de orcas se suceden

  • Los expertos dicen que lo hacen para jugar porque no atacan humanos

  • Se ven atraídas por el movimiento del velero

Se acercan sigilosas y los que están embarcados solo saben que las tienen encima cuando sienten un fuerte golpe que normalmente es en el timón. A partir de ahí comienza la angustia de sentirse en medio del mar con el barco a la deriva y rodeado por cuatro o cinco animales de casi nueve metros de longitud y cinco toneladas de peso. No se descarta que los ataques sufridos por embarcaciones desde el mes de agosto hayan sido provocados por el mismo grupo que cuente con una cría más joven a la que le guste jugar.

Ha ocurrido en Cedeira, en Ribadeo, en la isla de Ons y en las rías Baixas. Grupos de orcas que estos días vienen a esa zona atraídas por el tráfico de atunes que se convierten en su mejor presa. Según los expertos las orcas no atacan a humanos, lo que ocurre es que al ver algo en movimiento, un velero por ejemplo, se ven atraídas y les da por jugar e interactuar.

Un juego peligroso y angustioso en el que lo mejor es parar motores, arriar velas y quedarse al pairo, pero sobre todo cruzar los dedos para que se cansen o se aburran y se alejen lo antes posible.

El gran peligro consiste en que provoque daños en el casco de las embarcaciones que las dejen a la deriva, o incluso que salten y caigan encima de la cubierta y provoquen un hundimiento, como le ocurrió recientemente a un velero británico en aguas del Pacífico. Por eso lo que se recomienda es mantener una distancia de 60 metros respecto a ellas. A veces, pese a todo, es imposible protegerse. Le ocurrió al velero Beautiful Dreamer, con el timón dañado cuando se encontraba a 6 millas de Cabo Prior. Tuvo que ser remolcado. Los tres tripulantes eran de nacionalidad finlandesa y británica.