Hace unas semanas, la NASA compartió una imagen tomada por satélite que ha costado mucho obtener. En ella se ven unas misteriosas sombras proyectándose sobre el hielo antártico, pero a primera vista es difícil saber de dónde salen.
Se trata de “de nubes de bordes suaves que se ciernen sobre la Cordillera Eisenhower de las Montañas Transantárticas de la Antártida”, ha explicado la NASA. La cordillera está delimitada al norte por el glaciar Priestley y al sur por el glaciar Reeves, los cuales alimentan la plataforma de hielo Nansen en la bahía Terra Nova.
Las nubes tienen el sello de las nubes lenticulares que pueden formarse a lo largo de las crestas de las olas de las montañas. Las olas de montaña se forman cuando el viento en rápido movimiento es perturbado por una barrera topográfica, en este caso, la Cordillera de Eisenhower. El aire se ve obligado a fluir hacia arriba y sobre las montañas, provocando olas de aire ascendente y descendente a favor del viento de la cordillera. El aire ascendente se enfría y el vapor de agua se condensa en nubes. Por el contrario, el aire que cae conduce a la evaporación.
Para más misterio, este tipo de nube parece quedarse quieta, a veces durante horas, desafiando los fuertes vientos horizontales. En realidad, las nubes se forman constantemente alrededor de la cresta de la ola y luego se disipan un poco más allá.
En los Estados Unidos, las nubes lenticulares son particularmente comunes alrededor de las Montañas Rocosas. También se sabe que ocurren sobre las montañas antárticas, pero no hay muchos testigos además de los satélites. El color blanco sobre blanco de las nubes sobre el hielo hace que las versiones antárticas sean más difíciles de discernir, incluso en imágenes de satélite. Esta imagen de color natural se ha mejorado con luz infrarroja para separar las nubes blancas de la nieve blanca y el hielo que se encuentra debajo. Las nubes también arrojaban sombras redondeadas sobre el paisaje.