Las playas de Barbate, Chiclana, El Puerto de Santa María, Zahara o El Palmar se han convertido este año en el destino preferido no solo de turistas… También de estas medusas gigantes que pillan por sorpresa a los bañistas. Su presencia cada vez más numerosa ha obligado incluso a desaconsejar el baño en algunas zonas de Cádiz.
Las enormes medusas que están visitando algunas playas de Andalucía este verano (también se han dejado ver en aguas granadinas) pertenecen a la especie Rhizostoma luteum, y pueden llegar a pesar más de 12 kilos en el caso de las más grandes. Su tamaño es tan chocante que, a pesar de que fue descrita allá por el siglo XIX, muchos investigadores no creyeron en su existencia hasta que se produjo un ‘boom’ de avistamientos en 2012.
"Se trata de una medusa típica de esta zona. Su extensión incluso ocupa, en el norte, hasta el Canal de la Mancha y al sur, en el Atlántico, hasta Sudáfrica. A veces entra en el Mediterráneo y aparece en el Mar de Alborán, muy pocas veces en Baleares", ha dicho Laura Prieto, investigadora del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), en una entrevista con 'La Voz de Cádiz'.
En las playas de Cádiz, recalca esta investigadora, es relativamente frecuente verlas arrastradas por las corrientes marinas, aunque no les gusta estar en la orilla.
Como el resto de medusas, la Rhizostoma luteum puede atacarnos, pero no es motivo de preocupación. Su picadura causa enrojecimiento y picor, pero no es letal ni causa daños mayores. Tan solo nos picará, además, si la tocamos por la parte de abajo, donde están sus tentáculos.
La única medusa a la que debemos tener cierto miedo el bañarnos en playas españolas por su presencia cada vez mayor es la carabela portuguesa, mucho más pequeña pero con una picadura más dañina. Son fácilmente reconocibles porque parecen una bolsa de plástico azul y viajan en la superficie del agua, con sus largos tentáculos sumergidos.
En caso de un ataque, los síntomas pueden incluir vómitos, fiebre muy alta, problemas cardíacos, náuseas y ansiedad, aunque es muy raro que cause la muerte, como se ha publicado muchas veces. No obstante en las personas vulnerables, con enfermedades crónicas, sí puede llegar a ser letal.
En cualquier caso, si nos pica una medusa y sentimos dolor o se manifiesta algún síntoma preocupante debemos avisar a los servicios de atención médica de la playa o acudir al hospital.