Playa y medusas: lo que hay que hacer cuando pican

  • La medusa más peligrosa es la invasora carabela portuguesa, fácilmente reconocible

  • La mayoría de las medusas no suponen un riesgo

  • El agua caliente ayuda a desactivar la toxina que puede causarnos más problemas

Uno de los incordios que se nos presentan en la playa todos los veranos son las medusas, especialmente en la costa del Mediterráneo. Su picadura no es peligrosa, pero sí puede dar lugar a hinchazón, irritación, fiebre o dolor. Te damos algunas claves para minimizar la molestia si te pica una medusa.

Es importante en primer lugar, al igual que las picaduras de insectos, lavar la zona con agua y jabón. No está de más añadir también suero fisiológico frío, esto hará que quitemos los restos de la medusa que puedan quedar en la piel.

Hecho esto, el siguiente paso es sumergir la parte del cuerpo donde nos ha picado en agua caliente para desactivar las toxinas termolábiles. Esta sustancia es parecida a la toxina colérica, que provoca un cuadro característico de diarrea acuosa.

En general los síntomas disminuyen y no hace falta ir más allá, pero si la picadura nos genera una reacción alérgica –manchas rosáceas que pican, vómitos, dolor abdominal, dificultad para respirar o malestar general– es importante acudir cuanto antes al centro de salud.

Las medusas más frecuentes en España

El Gobierno ha elaborado una lista de las especies de medusas que más se detectan en las costas españolas. Liderando la lista está la aguacuajada, también conocida como medusa del Mediterráneo. No es demasiado peligrosa a menos que tengamos alergia, como la mayoría.

Tampoco lo son la medusa común o medusa sombrilla, que lo mismo se nos aparece en Galicia que en Valencia, aunque no son especialmente abundantes en España, únicamente en el Mar Menor. Dentro de las no peligrosas está también la Velella velella, diminuta y azulada, y la Aequorea forskalea, que ni siquiera pica. Por último en esta categoría está la cetanóforo americano, que es rarísimo que se deje ver en nuestro país.

Las que tienen que preocuparnos son, por el contrario, la medusa luminescente o clavel, fácilmente reconocible, la aguamala, aunque no es la peor, la carabela portuguesa, que deja unas marcas que dan sensación de ardor en la piel (es una especie invasora que se ve cada vez más) y la Carybdea marsupialis, también llamada avispa marina.