Son picaduras peligrosas. Las carabelas portuguesas se han instalado como otros años en las costas murcianas, alicantinas y andaluzas, pero esta vez, una bañista ha sufrido las consecuencias y estuvo ingresada en el hospital Virgen de la Arrixaca debido a la gravedad de las heridas. Lo cierto es que las imágenes de cómo ha quedado su cuerpo impactan. Unas lesiones que pueden quedar en su cuerpo para siempre.
Naomi Mateos González, de 22 años y vecina de Murcia, fue a pasar el día a Puntas de Calnegre con una amiga y lo que iba a ser un día de ocio se convirtió en una pesadilla porque la carabela no solo la picó sino que se la posó en el hombro. Con su aspecto gelatinoso de entre 15 y 35 centímetros, su picadura es muy dolorosa. "Notaba que la piel se me estaba quemando; era como si te clavan un montón de agujas con fuego de golpe", asegura. Ella ha contado su caso a Informativos Telecinco porque ha tenido constancia de que en los primeros momentos nadie estaba realmente preparado para afrontar la situación y había niños alrededor.
El Servicio Murciano de Salud (SMS) recuerda que la carabela portuguesa es una falsa medusa, también llamada botella azul porque la parte flotante se asemeja a una bolsa azul transparente rellena de gas. No obstante, explica que es muy infrecuente encontrarla en las playas de la Región.
Aunque esta especie suele flotar, en caso de temporal se desinfla y se hunde para evitar el oleaje. En caso de picadura, recomienda avisar al socorrista más cercano o acudir al puesto de auxilio para recibir atención. Asimismo, aconseja aplicar una solución tópica de bicarbonato sódico.
Si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora, recuerda que deberá acudir de inmediato a un centro médico o servicio de urgencia. En caso de avistamiento, el SMS insta a llamar al puesto de socorrismo más cercano o al Teléfono Único de Emergencias 1-1-2.
Qué hacer si te pica una carabela portuguesa
En primer lugar, el 112 desaconseja frotar con las manos la zona afectada ni usar toallas, arena o barro. Se deben retirar los restos de lamentos adheridos a la piel con ayuda de unas pinzas o de algún elemento rígido, como un carné o tarjeta. También es aconsejable examinar si han quedado restos de lamentos adheridos al bañador, ya que pueden permanecer activos durante días.
A continuación, el 112 recomienda limpiar la zona afectada con abundante agua salada -nunca agua dulce- y ponerse hielo dentro de una bolsa, evitando el contacto con la piel, ya que el frío ayuda a reducir la inflamación y mitigar el dolor. No se deben aplicar vinagre, amoníaco reducido, alcohol u orina, porque podrían aumentar el riesgo de infección. Además, hay que evitar la exposición al sol. Es fundamental tranquilizar a la persona que ha sufrido la picadura y hacerle entender que su vida no corre peligro. Según la guía difundida por el 112, el contacto con los lamentos urticantes de esta especie provoca una intensa sensación de quemazón, picor e inflamación local; y dolor muy agudo que puede provocar un 'shock' e incluso pérdida de la conciencia si la zona afectada es extensa. La persona afectada también puede experimentar mareos, fiebre, sudoración, entumecimiento muscular, dificultades respiratorias y taquicardia.
Para prevenir las picaduras, el 112 ha pedido "no subestimar la situación" y evitar las zonas de baño donde se hayan avistado ejemplares. Aunque se encuentren muertas no se deben tocar, ya que su veneno es potente y persiste hasta 24 horas en condiciones de sequedad. Si se tocan, no hay que llevarse las manos a los ojos o boca. Las cremas solares pueden proteger de la picadura porque tienen cierta capacidad para aislar la superficie corporal de los tentáculos. Dentro del agua, es conveniente utilizar ropa protectora de licra o neopreno. Niños, personas mayores y personas con antecedentes alérgicos, cardiovasculares o asmáticos deben tener especial cuidado.