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Un 'enjambre’ de más de 1.500 terremotos ha sacudido La Palma en los últimos 3 días, algunos sentidos por la población en el sur de la isla. La zona se está vigilando por el creciente riesgo volcánico a medida que se intensifican los movimientos sísmicos.
“Desde el inicio de la serie el día 11 hasta las 8:00 (UTC) de hoy, se han detectado 1570 terremotos en la zona, de los cuales se han localizado un total de 354”, informaba el Instituto Geográfico Nacional (IGN) el lunes.
El terremoto más intenso se ha sentido esta mañana del martes a las 7:00 hora local en El Paso, de magnitud 3,9 en la escala de Richter, actualizaba el martes por la mañana.
Los sismos han aparecido ya en el municipio de Tazacorte y se mantienen también en toda la zona de 'Cumbre Vieja' que cubre los municipios de Mazo, Fuencaliente, Los Llanos de Aridane y El Paso, a profundidades que oscilan entre los 8 y los 11 kilómetros aproximadamente.
El Gobierno de Canarias ha activado el Plan Especial de Protección Civil y Atención a Emergencias por Riesgo Volcánico (PEVOLCA) en la zona de Cumbre Vieja (La Palma) por el aumento de la actividad sísmica registrada en los últimos días y elevado a la isla a 'semáforo amarillo' por riesgo volcánico.
Desde 2017 se viene registrando una actividad sísmica anómala en el sur de la isla de La Palma, que desde el verano de 2020 se ha incrementado con la ocurrencia de 8 enjambres sísmicos. “En cuanto a la monitorización geoquímica de gases volcánicos, resaltó que los datos registrados de emisión de Helio-3 confirman el carácter magmático de este proceso, al registrarse el mayor valor observado de los últimos 30 años”, ha informado el Gobierno de Canarias en un comunicado.
Los enjambres sísmicos son secuencias de terremotos que suceden al mismo tiempo en un lugar, en los que se va dosificando la energía que libera la tierra, sin distinguirse un terremoto de magnitud mayor. Hasta el momento, el de mayor intensidad en La Palma ha sido el de la mañana del martes, no obstante se desconoce cuándo podrá repetirse uno similar o incluso mayor.
Dado que no es posible predecir cuándo ocurrirá una erupción volcánica, en 2010 se aprobó el plan Pevolca, un semáforo que consta de cuatro niveles: verde, amarillo (alerta: se comienza a informar a la población), naranja (alerta máxima: se detectan fenómenos preeruptivos) y rojo (emergencia por una erupción en curso).