El Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea siguen avanzando en las primeras normativas globales para regular la inteligencia artificial. Las tres importantes organizaciones han cerrado un pacto preliminar sobre las normas que se aplicarán a los modelos sistemas como ChatGPT o Gemini, presentado por Google.
Son precisamente estos sistemas los que centran el conflicto entre los países de la Unión que llevan dos días debatiendo la mejor manera de encauzar el desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial.
Las negociaciones finales empezaron el miércoles a las 15 horas y se ampliaron hasta este jueves, cuando debía empezar una rueda de prensa para dar más detalles de lo acordado. Después de más de 18 horas, aún quedan "muchas cosas" por cerrar, según han apuntado fuentes de la negociación a EFE. Así, de los 22 puntos clave de la ley aún quedan una decena por acordar.
Hace unos meses cuando la UE comenzó a plantearse la necesidad de regular la Inteligencia Artificial, todos los países parecían bastante de acuerdo con el esbozo inicial que proponía Bruselas; ahora, sin embargo, Francia, Alemania e Italia han echado el freno de mano a su entusiasmo y están presionando para aligerar la normativa y dejar que las grandes empresas como Microsoft, OpenAI y Google se autorregulen, confiando en que lo harán de la mejor manera.
Entre los puntos aún pendiente sobresalen algunos especialmente conflictivos como la posible prohibición de los sistemas de reconocimiento facial, pero también la criticada exención que permitiría a la policía usar la vigilancia biométrica en ciertos contextos.
Los gobiernos de la UE quieren que las fuerzas de seguridad puedan usar esos métodos de vigilancia en tiempo real y en espacios públicos —con previa autorización judicial— con el objetivo, según argumentan de evitar delitos como el terrorismo, el abuso sexual o para la protección de infraestructuras públicas sensibles. La Eurocámara sobre esto ha mostrado su reticencia y el choque que puede suponer en materia de derechos fundamentales.
El impacto de la inteligencia artificial en la vida cotidiana y en distintos campos profesionales evidencia la nueva visión de las estrategias mediáticas y educativas actuales. Muchos investigadores del sector indican la necesidad de adaptarse y aprovechar las ventajas que ofrecen estas plataformas, aunque al mismo tiempo se plantean nuevas preguntas sobre la gestión del cambio y el futuro del trabajo y la comunicación en la era de la AI.