Te vas de acampada, te espera un largo viaje en coche hasta tu destino o simplemente quieres dar un paseo sin que el agua parezca sopa. Lo sabemos: el hielo con este calor no dura nada congelado. Pero hay trucos para que este imprescindible del verano aguante más fuera del refrigerador.
El primer truco seguramente te lo veías venir. Las neveras portátiles son prácticas y puedes encontrar una modesta a buen precio. Una manera de hacerla más eficiente es poner plástico dentro. Además, cuanto más claro sea el color de la nevera, mejor. Como sabrás, los tonos oscuros tienden a atrapar el calor, mientras que los claritos reflejan la luz y por tanto contienen mejor el frío.
Podemos bautizar este como el truco del almendruco o, si prefieres, el más antiguo, el que te daría tu abuela. Resulta que por cosas de la química, si lo que busco es enfriar una lata de refresco rápidamente, lo más rápido es introducirla en un barreño con agua, hielo y sal.
La sal necesita calor para disolverse, y es un perfecto ‘imán’ de energía. Al absorber el calor, hace que el frío del hielo llegue mejor a nuestro refresco enlatado. Si remueves, verás que en apenas cinco minutos estará preparada para beberse.
Resulta que si hierves el agua antes de meterla en la cubitera que dará forma al hielo se forman menos burbujas de en el cubito y esto lo hace más compacto. Además, aunque parezca contradictorio, se congelará más rápido que haciéndolo con agua fría. Esto es porque alcanza antes el punto de solidificación. Paradojas de la física.
Cuando más grande, mejor
Tampoco hay que pasarse, pero lo cierto es que en general cuanto más grandes es el hielo, más aguanta. Se venden moldes grandes para meter en el congelador, aunque el hándicap aquí suele ser que no siempre tenemos hueco para meterlo. Tendrás que descongelar algo.
El objetivo es aislar nuestra nevera o el recipiente donde llevemos el hielo y lo que queremos mantener fresquito. Incluso se recomienda forrarlo con papel de burbujas y después poner la toalla. Sin embargo lo mejor de todo es el papel de aluminio porque es un aislante natural, de ahí que acostumbremos a usarlo para almacenar por ejemplo el embutido en la nevera.