A las 9:17 horas (UTC) de la mañana del lunes, el volcán italiano Estrómboli lanzaba una columna de humo de 100 metros sobre su cima. Se trata de uno de los más activos del mundo y, aunque los residentes cercanos están ya acostumbrados a presenciar espectáculos como este, esta vez la erupción podría haber sido más fuerte de lo habitual, aunque sin llegar a ser extremo. Las cenizas se han repartido por muchos puntos de la isla.
El Instituto italiano de Geofísica y Vulcanología observó a través de las cámaras que apuntan al Estrómboli “una secuencia de eventos explosivos y deslizamientos de tierra” que duró unos 4 minutos. Una hora más tarde, de nuevo, una erupción sorprendía a los habitantes de la isla. Desde la distancia se veía sin dificultad cómo discurría hacia el mar el flujo piroclástico por el talud de Sciara del Fuoco, y una lluvia de cenizas moderada se produjo en algunos puntos.
Varios habitantes veteranos le han restado importancia al hablar del "espectáculo habitual del volcán", cuenta un medio local. El paroxismo del Estrómboli, es decir, la fase de más actividad, se registra desde julio de 2019, cuando pilló por sorpresa a los turistas, que se lanzaron corriendo al mar. Por desgracia, uno de ellos no logró escapar y falleció. El Estrómboli, no obstante, lleva activo al menos 2.000 años.
A partir de entonces, se han producido erupciones más leves que la del lunes, aunque la frecuencia parece estar aumentando. Sin ir más lejos, el pasado martes 10 de noviembre ya se produjo una explosión algo más fuerte que el promedio.
Las últimas veces que el "Faro del Mediterráneo", como se conoce popularmente el volcán, entró en erupción de manera violenta fue en 1919, 1930 y el 5 de abril de 2003, además de la mencionada en 2019. Todas ellas se cobraron vidas o destruyeron propiedades incluso a una distancia considerable.