Los drones tienen cada día más utilidades en procesos de búsqueda, rescate y emergencias. Estos artilugios voladores se siguen integrando cada día a las necesidades de las autoridades, como ocurre en la erupción de La Palma.
Nunca antes habíamos visto a tantos drones en una emergencia, soportando temperaturas que superan los 1.000 grados centígrados sin poner a ningún piloto en riesgo. Un vídeo del IGME lo demostró hace tan solo unos días.
"La erupción de La Palma ha abierto un campo de que la gente no era consciente hasta qué punto podía ser el uso de este tipo de vehículos y en los próximos años veremos una explosión seguramente", explica Jorge Ballesteros, del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables de Canarias.
Algunos drones son gigantes, de control marítimo, con hasta 24 horas de autonomía. Mientras vigilan todo un océano, sus pilotos pueden estar cómodamente sentados en tierra. "Para extinguir incendios, igual que no va un policía a ver una bomba, sino que va un robot, pues tiene sentido enviar un dron para hacer el trabajo sucio", indica Miquel Colom, director de Singular Aircrafts.
Y en un futuro, que en China ya es presente, los drones también podrán volar sin piloto para transportar equipos médicos, apagar incendios o rescatar personas. "Sin poner en riesgo la vida de operarios, se podría enviar la nave al punto de rescate y sacar a las víctimas", precisa Ángel Siles, inspector de la Unidad de Planificación Estratégica del CNP. Toda una revolución en la gestión de emergencias y de seguridad que ya está a disposición de la Policía Nacional.