¿Podemos pagar caro distanciar a los más pequeños de la naturaleza? Los expertos creen que sí. El síndrome de Heidi, acuñado por Richard Louv en uno de sus libros. Corría el 2008. Es decir, la culpa no era de Greta ni una moda pasajera. De hecho el trastorno vinculado al déficit de naturaleza es serio y afecta a los más pequeños. Provoca ansiedad y estrés, y biofobia, un miedo o temor enfermizo hacia la convivencia con personas o animales, aumento de la miopía entre los más pequeños, y aumento de la miopía entre los más pequeñosfalta de vitamina D con las consecuencias que ello conlleva.
Los estudios se acumulan. Un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter descubrió que las personas que viven a menos de un kilómetro de la costa tienen menos probabilidades de experimentar problemas de salud mental como ansiedad y depresión en relación a los que viven a más de 50 kilómetros. En 2016, un trabajo elaborado por investigadores de las universidades de Canterbury (Reino Unido), Nueva Zelanda, y Michigan (EE. UU.), aseguraba que vivir viendo el azul del mar y pasear por la playa era beneficioso para la salud. El Instituto Nacional de Recursos de Finlandia fija la ‘dosis mínima’ de naturaleza en 5 horas al mes.
Por eso, Hollywood, siempre atento a la actualidad a su modo, estrena el día 24, Las Aventuras del Doctor Dolittle, un filme que se puede convertir, según expertos como José Luis Gallego, naturalista, escritor y divulgador y Rebeca Atencia, directora del Instituto Jane Goodall en Congo, en una herramienta para que los niños vuelvan a conectar con una naturaleza y que puede promover el reencuentro de los niños con la naturaleza. ¿Alguien piensa que no estamos ante un debate más que actual?
Del contacto con los animales y la naturaleza y el cambio que pueden suponer en tu vida sabe mucho Rebeca Atencia. Su maestra es Jane Goodall. "Es una persona que inspira pero que se deja inspirar por otros. No quiere abarcarlo todo, sabe que ella no va a quedarse, busca inspiraciones de otra gente para que siga, es algo muy bonito". Ella es nuestra 'Doctora Dolittle'.
Y sí, algunos de sus consejos deberían ser tomados en cuenta. Porque tanto nuestra salud como nuestra inteligencia emocional se verán beneficiados."El tener empatía con los animales hace que luego tengas empatía por otros seres vivos, incluidos los humanos. Es algo siempre positivo. En la sociedad actual existe tristemente una desconexión en algunas ciudades entre los niños y la naturaleza en general, más con los animales. Es algo contra lo que tenemos que luchar con cosas sencillas como plantar árboles, estar en contacto con la tierra..." No hablamos de una moda actual, pero sí de un riesgo que sufren muchos pequeños hoy día, como reconoce también José Luis Gallego, que habla también de déficit de naturaleza.
"Hay niños que no tienen ningún contacto con la naturaleza, que viven en urbes, que no saben lo que es un pájaro ni una mariposa. Eso provoca trastornos de comportamiento. Porque no estar en contacto con la naturaleza afecta a nuestra salud y está demostrado que los animales ayudan en algunas enfermedades". De hecho, reconoce el experto, "en Japón los médicos recetan bosque y naturaleza, los llaman baños de bosque, shinrin-yoku", explica.
Gallego compara al personaje de Downey Jr. en Las Aventuras del Doctor Dolittle, con Félix Rodríguez de la Fuente, quien plantó la semilla de la educación medioambiental en España en los años 70. "No hemos logrado tener nada igual", confiesa ahora. Y no le falta razón porque Félix marcó a toda una generación.
No es una cuestión de modas, hay que repetir. Porque precisamente el libro en el que se basa la nueva película Las Aventuras del Doctor Dolittle, se escribió en 1920. En el filme, un niño acaba inspirando y siendo inspirado por el Dr. Dolittle. A Rebeca cuando era pequeña "le inspiró un guardabosques, él ni sabía que me estaba inspirando, simplemente hacía su trabajo, salvar animales del bosque. Yo quería ser como él, me fui a África a reintroducir chimpancés en la selva. Ahora vivo a caballo entre África y Galicia, tengo dos hijos de 8 años y volví a Galicia porque no quería que mis hijos perdieran el vínculo con la familia. Igual que los vínculos con animales los estableces cuando eres pequeño, el vínculo de la familia, sobre todo con una familia gallega, es igual", señala. Rebece ha trasladado a sus hijos la pasión por los animales. "Me tuve que ir a rescatar a un chimpancé recién nacido al Congo el día de Navidad y ellos me animaban, me decían que era como el Doctor Dolittle", confiesa.
Diversos estudios destacan que los dueños y sus animales logran una simbiosis en la que hasta acaban pareciéndose y a todos nos emocionan las imágenes de esos animales llorando la pérdida de su dueño, buscándolo aunque tengan que recorrer kilómetros y estando a su lado hasta el fin, cuando caen enfermos. La naturaleza y los animales son una receta contra la depresión y la infelicidad. Rebeca lo tiene claro. "¡Claro que me comunico con los chimpancés!, pero todo el mundo que tiene un perro en su casa sabe perfectamente que los animales se comunican y aprendes su idioma. A mi gato le llamo como a un gato, le llamo 'miau' y él me responde. Al final terminas aprendiendo el idioma de ellos, no hace falta irse a África y comunicarte con los chimpancés para entender que ellos tienen su lenguaje. Sabes cuando están enfermos, cuando están tristes...". Y la clave es que ellos también notan cuando tú lo estás. A Rebeca también la han avisado de peligros en la selva y ella ha vivido el rescate del chimpancé Perrín en una pequeña aldea del Congo, con decenas de personas implicadas como una de las experiencias de su vida.
Alguna conexión debemos tener cuando se convierte en viral la imagen de una mujer amamantado un bebé y un orangután observando con nostalgia porque acababa de perder el suyo. "Ese tipo de cosas, la interacción entre especies, compartir emociones es muy bonito". Ella que ha visto cara a cara a muchos animales salvajes, destaca a los elefantes como uno de los más peligrosos. Prefiere apostar con animales de compañía por perros, gatos y en el caso de tener sitio suficiente, caballos.
Es otro de los retos que nos presenta un realidad que en nuestro país se refleja en la España vaciada, esos pueblos a los que muchos niños iban a pasar vacaciones inolvidables con sus abuelos. Hemos vuelto a Heidi y la verdad es que al recordarlo el síndrome de Heidi se convierte en muy real.