La crisis climática está a punto de no tener marcha atrás y el futuro está en juego, tal vez por eso son las nuevas generaciones aquellas que están poniendo más énfasis en cuidar del planeta y concienciar a aquellos que tienen el poder para que apliquen verdaderas medidas.
Es necesario que para revertir el daño que hemos hecho al planeta durante las últimas décadas tiene que cambiar algo en el sistema, pero los políticos no están muy por la labor ni las grandes empresas.
Jóvenes como la adolescente Greta Thunberg son la cara visible de activistas que hacen sacar los colores a los grandes poderes mundiales, pero como ella hay miles de jóvenes que luchan por un verdadero cambio de conciencia y como diría Greta “nadie es demasiado pequeño para marcar la diferencia”.
Reyes González-Montagut, estudiante de Ingeniería en la Universidad Pontificia Comillas, es otro ejemplo de jóvenes que no se quedan de brazos cruzados sino que buscan soluciones para frenar el cambio climático.
Gracias a la idea de Reyes y su equipo, formado por dos estudiantes holandeses y uno suizo, el futuro de las ciudades puede ser mucho más agradable: “El proyecto, por ahora es un concepto y una idea, todavía no tenemos el producto como tal, estamos en fase de desarrollo e investigación. Consiste en una pintura con el principal ingrediente de esporas de musgo que se aplicara sobre las fachadas de los edificios y crecerá musgo, ya que tiene unas altas propiedades de captura de CO2 y purificación del aire, más que el resto de las plantas porque al no tener raíces, captura la mayor parte de los nutrientes que necesite el CO2 del aire”
Los estudios aseguran que en 2050 habrá en el mundo cientos de millones de refugiados climáticos y la temperatura en ciudades como Asia y Oriente Próximo será tan elevada que no será posible caminar por la calle sin tener un ataque al corazón o morir, por eso la idea creada por Reyes González-Montagut y su equipo pueda ayudar a que esto no suceda, una idea que a pesar de estar en su fase inicial, ya ha ganado un prestigioso premio internacional, el Open Innovation Call de Access Cities.
Como asegura la estudiante de ingeniería a Informativos Telecinco: “esto sería una posible solución a lo conocido como islas de calor urbano, esto es que en grandes ciudades como Madrid la diferencia de temperatura que hay entre el centro de la ciudad y los extrarradios es bastante grande y eso se debe a la contaminación que hay en las ciudades. El musgo necesita bastante poco mantenimiento, no necesita un sistema de riego como tal y es adaptado a cualquier tipo de clima, aunque crece más rápido en ambientes húmedos, como en Galicia, más que en Madrid, pero también crece en climas secos. Todo esto lo hemos estado hablando con un grupo de investigadores europeos que están desarrollando un algoritmo de medir cuanto CO2 captura el musgo”
Los jóvenes no quieren poner fecha a la salida al mercado del producto, pero creen que dentro de dos años y después de mucho trabajo, ya podríamos empezar a emplearlo.
Parece que son todo beneficios lo que rodea al musgo ya que además de la purificación del aire, “el musgo es un aislante térmico y un aislante acústico, también supone un ahorro energético importante. Pero tiene muchos más beneficios, está comprobado que es beneficioso para la salud mental de las personas que están rodeadas de plantas, también se podría utilizar para espacios interiores o para hacer márketing con ella, el logo de una empresa porque es una pintura que se puede moldear”
Esperemos que en pocos años con ésta y otras medidas, en la que deben aplicarse firmemente los políticos, el aire de las ciudades se purifique y descienda el alarmante número de 800.000 muertes al año por contaminación ambiental en Europa, en España ya causa 10.000.