Si las plantas pueden brotar en la Antártida, entonces es posible que también puedan hacerlo en el espacio. Es la base del experimento de un grupo de científicos que ha pasado el invierno en una ubicación remota del continente más austral. En futuras misiones, será fundamental que la tripulación tenga las herramientas para cosechar su propia verdura para alimentarse en la Luna o Marte.
En los últimos años se han probado invernaderos como este en la Estación Espacial Internacional, donde los investigadores analizan qué plantas logran crecer a gravedad cero, entre otros impedimentos del espacio. Pero otro factor a superar por los tripulantes que planten su comida en un futuro próximo es el frío.
Por ello se creó EDEN ISS, el invernadero a cargo del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), que coopera con la NASA en la investigación de la agricultura espacial, recoge ‘Space.com’. Las plantas se cultivan en aeroponía, lo que quiere decir que las raíces están suspendidas en el aire, por tanto no hace falta tierra. Las plantas reciben los nutrientes y el agua a través de niebla “especialmente formulada”.
El proyecto se lleva a cabo en la estación de investigación Neumayer III de la Antártida, operada por el Instituto Alfred Wegener de Alemania del Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina en Bremerhaven. “Todos los días, el botánico de la NASA Jess Bunchek, uno de los 10 miembros de la tripulación de la misión actual de 14 meses, tiene que aventurarse a 400 metros hasta el contenedor de 12 metros para controlar los cultivos”, relata Space.
Las temperaturas en esta región pueden caer a los -50 ºC durante el invierno, a lo que hay que sumar el efecto de los fuertes vientos australes, comparables a los de un huracán. Además, según han contado los investigadores en conferencia de prensa, los apagones son relativamente frecuentes cuando las condiciones son demasiado extremas, por lo que a veces sólo una barandilla los guía hasta su lugar de trabajo.
La elección de este entorno se debe precisamente a sus condiciones extremas, que lo asimilan en cierto modo a la Luna, por ejemplo.
"Estamos implementando tres tecnologías principales para cultivar las plantas", dijo en conferencia de prensa Daniel Schubert, líder del proyecto EDEN ISS en el Instituto DLR de Sistemas Espaciales en Bremen. "Usamos luces LED enfriadas por agua para proporcionar la luz, rociamos las raíces de las plantas cada cinco minutos con una solución nutritiva e inyectamos dióxido de carbono en la atmósfera alrededor de los cultivos y controlamos la humedad y la temperatura".
Mientras que en la Antártida el invernadero funciona en un sistema de circuito ‘semicerrado’, puesto que se obtiene agua de evaporación a través de un proceso de deshumidificación, en la Luna o Marte el circuito tendría que ser totalmente cerrado. Se reciclarían los “desechos humanos y el dióxido de carbono de la atmósfera para proporcionar alimento y oxígeno a la tripulación”, concluye Space.