Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia: "Es el momento de empezar a proteger los neuroderechos"

El conocimiento del cerebro y la implantación de dispositivos tecnológicos abre nuevas puertas a la medicina, pero también a muchos otros campos. Podría potenciar capacidades o interpretar procesos cerebrales. Eso plantea también algunos dilemas e incluso la necesidad de una regulación.

Ante este escenario Informativos Telecinco ha hablado con uno de los mayores expertos en la materia, el español Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia (EEUU) que nos ha atendido desde Santander. 

¿Qué es la neurotecnología?

Estamos hablando de una nueva gama de dispositivos muy variados, de diferentes usos, que se engloban dentro de lo que se llamaría la neurotecnología. ¿Qué es esto? "El nombre parece muy complicado, pero es muy simple. Son dispositivos para hacer dos cosas; para medir la actividad del cerebro y para cambiarla. Esos dispositivos pueden ser eléctricos, ópticos, acústicos y magnéticos y se pueden implantar dentro del cerebro o se pueden llevar encima de la cabeza, como un gorro y un pinganillo, unas gafas o una diadaema. Pero al final del día lo único que hacen es medir la actividad cerebral y cambiarla", explica el profesor Yuste.

¿En qué momento de la innovación estamos?

Estamos en una primera fase de los dispositivos, pero se abre un horizonte esperanzador que también plantea dilemas. ¿En qué momento de la innovación estamos? ¿Qué podrían hacer estos dispositivos en el futuro, más allá de intervenir en temas de epilepsia y otro tipo de enfermedades? "El cerebro no es un órgano más del cuerpo. Es el órgano que genera la mente humana, toda las actividades cognitivas de los seres humanos. Entonces, estos dispositivos, que te permiten entrar en el cerebro y cambiar las cosas, tienen una importancia enorme para la neurociencia, para entender como funciona el cerebro, para la medicina y para ayudar y curar pacientes con epilepsia crónica, por ejemplo, pero también abre muchas puertas para la utilización y el desarrollo de dispositivos comerciales que nos permitan aumentar las capacidades mentales de los seres humanos conectando el cerebro directamente con la red; esto puede dar lugar al dictado mental, a comunicación mental -sin hablar- y desciframientos del habla y el lenguaje interno y las imágenes. Ya ocurre con inteligencia artificial. Tenemos que proteger a esta información cerebral porque es muy sensible", subraya el experto.

Los neuroderechos: ¿hay que regularlos?

Estos dispositivos abren la posibilidad de leer el pensamiento, de romper la privacidad de lo que hay dentro de las mentes. El profesor Yuste habla mucho de neuroderechos ¿Hay que regularlos? ¿Es el momento de hacerlo ya para proteger esa circunstancia? "Exacto. En el último año, con la introducción de inteligencia artificial generativa, se han podido descodificar el lenguaje interno y las imágenes que puedes tener en la mente. Todavía la codificación es primitiva, pero cada vez es más precisa, porque las herramientas mejoran. Este es el momento de empezar a proteger la actividad cerebral y los datos cerebrales como un derecho humano básico. Esto lo llamamos neuroderechos. Estamos involucrándonos en la protección de la actividad cerebral para evitar los usos indebidos de estas tecnologías tan potentes que pueden ayudar tanto a los enfermos y a la Humanidad", sentencia el experto.

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