España se ha convertido en uno de los mayores mercados del videojuego. En menos de dos años, las ventas se han duplicado y se ha consolidado como un negocio que genera más de dos mil millones de euros. Se trata de una forma de vida para los gamers que han decidido dedicarse a ello profesionalmente. Al igual que las mujeres, que ya se han hecho su propio hueco en una industria que podría convertirse en el décimo arte.
Aunque han tenido que superar muchos niveles para afianzarse en este mundo, las mujeres han conseguido entrar y afianzarse como programadoras de videojuegos y gamers a través de millones de espectadores. Un pasatiempo en el que ocho de cada diez jóvenes pasan cuatro horas diarias de media.
El 47% de los consumidores de videojuegos son mujeres. Al principio, muchas se escondían en pseudónimos masculinos para que las tomasen en serio. Hoy, acumulan millones de seguidores. Pero no es lo único que ha cambiado.
Los roles de princesas y de chicas hipersexualizadas se está cambiando por protagonistas que tienen sus propias historias de lucha y acción. Y es que las mujeres están cambiando las reglas del juego para que las siguientes generaciones puedan disfrutar sin miedo ni restricciones.