La desalinizadora del puerto de Barcelona se retrasa hasta 2025 y podría no ser flotante

El proyecto de la desalinizadora del Puerto de Barcelona se prevé adjudicar en enero de 2025, y se hará a través de un contrato de servicios. Un proyecto en el que la instalación podría ser una "plataforma anclada en el suelo del mismo puerto" en lugar de ser flotante.

El director del Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL), David Vila, ha explicado que, debido a la salida del estado de emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, se ha tenido que cambiar el procedimiento para llevar a cabo este proyecto, que hasta ahora era contratación de emergencia.

"Jurídicamente existe un informe que dice que cualquier procedimiento de contratación de emergencia de una infraestructura de esta envergadura podría haber sido frenado que hubiera presentado alguna de las empresas interesadas", ha detallado David Vila.

Para evitar esta situación, se ha decidido finalmente hacer un procedimiento ordinario de contratación, mediante un contrato de servicios en lugar de uno de obra y explotación, lo que provoca que "no se podrá tener disponible esta infraestructura en octubre, como se había previsto".

"Para acelerarlo lo que hacemos es no redactar un proyecto, porque eso nos obligaría a hacer la redacción, licitar una obra y nos atrasaría todo, sino que vamos a cambiar este contrato por un contrato de servicios. Pediremos a las empresas que nos suministren agua y que nos digan cómo lo harán", ha añadido.

La ATL establecerá las condiciones técnicas que deben cumplir las empresas que se presenten, que deberán respetar la ubicación en el Puerto de Barcelona y la capacidad de generar 40.000 metros cúbicos de agua al día --14 hectómetros cúbicos al año--, y los módulos de desalinización irían encima de la plataforma.

Vila prevé tener esta infraestructura "disponible antes de entrar en emergencia 2", es decir, en torno a abril de 2025, en función de las características de la infraestructura que planteen las empresas.

El contrato está previsto "inicialmente" para un plazo de cinco años y será prorrogable hasta que estén en funcionamiento las dos desalinizadoras estructurales que están previstas construir en Cataluña: la de la Tordera II, que entrará en funcionamiento en 2028, y la del Foix en 2029.

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