El acusado de agredir sexualmente a una joven de 16 años, al salir de una discoteca en Igualada (Barcelona) en 2021, intentó causar el mayor daño a la víctima "más allá de la satisfacción sexual", según ha declarado un agente de los Mossos d'Esquadra, especialista en análisis de conducta criminal, en el cuarto día de juicio al hombre de 21 años, para el que se piden 45 años de cárcel.
"Más allá de satisfacción sexual, iba a hacer el máximo daño a la víctima", ha destacado el agente de la policía catalana, quien ha apuntado rasgos psicopáticos y pocos signos de arrepentimiento sobre el presunto violador.
"Desde el inicio tuvimos claro que se trataba de un agresor con víctima desconocida porque encajaba con tipo de violencia", ha añadido el agente que realizó el informe pericial sobre el agresor, quien tenía relaciones "altamente violentas" con sus parejas.
Precisamente, el acusado cuenta con tres agresiones anteriores, a sus exparejas y a su hermana menor, según ha declarado en el tribunal de la sección 10 de la Audiencia de Barcelona: "La forma de resolver conflictos con mujeres es a través de la violencia".
Asimismo, el agente también ha destacado la presencia de consumo tóxico y que el acusado tuvo una discusión por celos con su pareja antes de la agresión. Unos hechos en los que tuvieron en cuenta la forma de la actuación y el abandono de la escena, dejando lesiones muy graves a la víctima. "No me lo he encontrado nunca en mi carrera profesional", ha admitido el declarante.
El presunto violador "no mostró arrepentimiento" después de la agresión y días después consultó en internet noticias sobre los hechos. "La dejó desnuda y se llevó su ropa, según los informes es para ampliar sufrimiento víctima", ha destacado sobre el "delincuente sexual homicida".
"Los estudios determinan que en este tipo de agresores con víctima desconocida, la reincidencia puede ser del 70%. Ha pasado de víctimas familiares a una víctima desconocida. Ha traspasado la barrera de hacerlo en casa con sus parejas a hacerlo con alguna víctima extraña", culmina.
Cuatro agentes de la Unidad Central de Genética Forense también han declarado en la cuarta sesión del juicio. En su caso, llegaron a recuperar 109 muestras de prendas de ropa para analizar. En algunas de ellas encontraron perfiles genéticos que coincidían con los de la víctima.
Dos psicólogas forenses sostienen que la joven presentaba síndromes de estrés postraumático, algunos de ellos "derivados de la afectación física", ya que tuvo muchas secuelas que le provocaron alteraciones del estado anímico.
"Tiene sintomatología ansiosa y depresiva que condiciona su día a día. Tiene pensamientos suicidas y demás, sueños y recuerdos que condicionan el día a día. Su personalidad estaba en construcción, por lo que esto puede repercutir en su personalidad y causar secuelas", ha garantizado una de ellas.
La víctima no recordaba los hechos "debido al estado de inconsciencia derivado del traumatismo craneoencefálico", por lo que han negado poder afirmar si va a poder recobrar parte del recuerdo.
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