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Otra banda criminal que está camino de ser desmantelada en Cataluña. Después de la que fue desarticulada recientemente por robar cobre en empresas, ahora ha caído parte de una dedicada a sustraer coches. Y no sólo en territorio catalán, también en más puntos del país.
Los Mossos d'Esquadra han informado este sábado de que han detenido a cuatro hombres, de entre 29 y 47 años. Se les acusa de ser los presuntos responsables de hasta diez robos de vehículos y de pertenecer a una organización de delincuentes.
Desde octubre del 2023 estaban investigando el caso al detectarse una serie de sucesos con modus operandi idéntico. Unos ladrones se llevaban siempre turismos de la misma marca y modelo: Toyota Rav4. Así se puede ver en las imágenes que han compartido.
En ellas se ve cómo los introducían en contenedores marítimos para enviarlos a África. En varios países de allí los vendían de forma fraudulenta para obtener importantes beneficios económicos.
La policía catalana ha detallado que robaron siete coches entre el 28 y el 30 de octubre del año pasado. Dos en la pequeña localidad de Alpicat (Lleida), otros dos en la capital leridense, la misma cantidad en Girona y uno en Monzón (Huesca).
Gracias a los datos de geolocalización que incorporan estos automóviles, aportados por sus dueños, la Guardia Urbana pudo recuperar los sustraídos en Lleida. Posteriormente, entre el 7 y 9 de noviembre supieron de otros dos casos en Almería, que podían tener relación.
En la investigación, los agentes averiguaron que tras todos estos hechos existía un grupo bien organizado y jerarquizado. De forma itinerante, se habían movido por varias partes de España, en poco espacio de tiempo.
Especializados en el mismo delito, una vez que robaban los coches, los estacionaban en zonas aisladas para no levantar sospechas. Ni ser localizados por sus propietarios. Incluso habían viajado a países de Europa para cometer las mismas sustracciones.
La banda se dividía en tres niveles con funciones distintas en cada uno. El cabecilla era un individuo que gestionaba el traslado por mar. Por debajo de él estaban unas personas extranjeras que se ocupaban de los robos exclusivamente.
Y, en el último escalón, se situaban otros hombres que conocían el terreno, seleccionaban los objetivos y facilitaban datos. Esos útiles para que los ladrones ejecutasen las tareas delictivas con seguridad, sin ser descubiertos.
Una acción coordinada entre Mossos y Vigilancia Aduanera el 28 de noviembre en las Islas Canarias logró interceptar un contenedor de transporte marítimo. Lo había alquilado el grupo en Las Palmas con el fin de usarlo para trasladar tres coches sustraídos en Lleida.
Días después, las autoridades africanas detectaron un segundo container en el puerto de Banjul (Gambia). Fue clave la información aportada desde aquí. Había desembarcado con los dos automóviles robados en Almería y un tercero del que se sigue investigando su origen.
Ya entre el 24 de abril y el 2 de mayo de este año, los agentes detuvieron en Lleida a cuatro hombres implicados en estos hechos. Formaban parte del tercer nivel, por lo que el caso sigue abierto para dar con el resto de integrantes.
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