En el interior del conocido edificio 'El Barco' hay cinco vecinos que se han negado a ser desalojados de un bloque, en riesgo de derrumbe en Esplugues de Llobregat (Barcelona), después de que consistorio decretase su "estado de ruina" y el cese inmediato de la habitabilidad, donde residían hasta 38 familias en régimen de alquiler.
Los vecinos afectados recibieron el aviso del desalojo este lunes, cuando el Ayuntamiento puso en marcha un protocolo tras recibir las conclusiones de un informe técnico que apunta a "daños estructurales" en el bloque.
La Oficina Municipal de apoyo y atención a las familias afectadas, conjuntamente con el personal técnico del Centre d’Urgències i Emergències Socials de Barcelona (CUESB), atendieron a 112 personas, entre ellas 25 menores.
El personal de servicios sociales y psicólogos mantuvieron reuniones con cada una de las familias que vivían en régimen de alquiler en ‘El Barco’. Estos encuentros se mantuvieron durante todo este martes de forma individualizada, aunque tres familias se niegan a salir del edificio.
Los bomberos intervinieron para valorar la situación del edificio declarado en ruina inminente y el primer teniente de Alcaldía, Eduard Sanz, hizo un llamamiento a “la responsabilidad y la cordura" al ser un edificio "declarado en ruina inminente y que podría entrar en colapso”.
Después de haber decretado el lunes el cese inmediato de la habitabilidad y teniendo en cuenta que todavía hay personas en su interior, el consistorio ha pedido un oficio en el Juzgado de Esplugues donde se pide que decrete la orden del desalojo de las personas que quedan en el interior de 'El Barco'.
Por su parte, el juzgado de guardia de Esplugues de Llobregat se ha inhibido en favor del juzgado de lo contencioso-administrativo por la petición del Ayuntamiento de Esplugues, que es el titular del bloque.
A las familias sin alternativa habitacional inmediata se les ha ofrecido un alojamiento puntual en las primeras 48 horas, mientras se buscan soluciones adaptadas a cada caso. Un total de 10 familias, compuestas por 40 personas, se ha alojado puntualmente a través del CUESB, el resto de familias se han trasladado a domicilios familiares o de amistades.
En este sentido, el consistorio está priorizando la atención a las familias más vulnerables, con menores a cargo o personas dependientes. “Estamos en disposición de dar una alternativa habitacional, a medio plazo, para dos o tres de las familias más vulnerables y que podría acabar siendo una solución definitiva”, añadió Eduard Sanz.
Los esfuerzos de los servicios municipales se centran precisamente en la búsqueda de viviendas en Esplugues y en el área metropolitana, por lo que se está trabajando con varios operadores, entidades y también ayuntamientos vecinos.
Durante los próximos días, se asegurará el edificio y se ejecutarán obras para apuntalarlo. "Los trabajos tendrán la finalidad de garantizar la seguridad para que las vecinas y los vecinos puedan recoger sus pertenencias”, culminó Eduard Sanz, quien anunció que “en los próximos dos o tres meses se prevé el derribo definitivo del edificio”.
A finales de febrero, tras la caída de un falso techo y de una revisión técnica para determinar las causas, el Ayuntamiento ordenó el inicio de unas obras de emergencia y encargó un estudio urgente para determinar la naturaleza de las deficiencias: "Las conclusiones del informe obligan al actual desalojo".
José María González, ingeniero municipal del consistorio, ha explicado que las patologías que concluye el informe “son una amenaza de riesgo estructural” y que “el hormigón no se ha podido ni analizar en el laboratorio porque se deshace”.
También se ha encontrado que la capa de compresión de los forjados y el lugar donde se sostienen las viguetas del forjado "tienen grietas longitudinales” y, por tanto, estas patologías comprometen la estabilidad del edificio.
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