Nuria, la cocinera de la cárcel de Mas d'Enric en Tarragona, se había quejado de faltas de respeto del preso, que este miércoles acabó con su vida en la cocina y posteriormente se suicidó. Una historia para Informativos Telecinco de Laia Riverola.
Según ha podido saber esta cadena, la víctima mortal expresó anteriormente su molestia por el comportamiento del presunto autor de los hechos. Unas quejas que no fueron suficiente para evitar el trágico suceso que ha movilizado a los funcionarios de prisiones de toda España.
El preso, que cumplía una condena de 11 años por asesinar a una prostituta en 2016, había sido expedientando meses atrás por un acto violento con otro recluso. Sin embargo, la dirección de la cárcel de Mas d'Enric y el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE), una empresa pública que depende de la Generalitat, decidieron que volviese a la cocina.
La mujer, que era personal laboral de la Generalitat de Cataluña, falleció este miércoles, después de que Iulian, de nacionalidad rumana, le asestara una puñalada con un cuchillo. Posteriormente, el presunto autor de los hechos utilizó el mismo instrumento para suicidarse.
Un crimen en el que encontraron el cuerpo de la cocinera en la cámara frigorífica de la cocina donde ambos trabajaban, y el del preso a escasos metros.
Fuentes judiciales afirmaron que el recluso que se suicidó tras matar a Nuria llegó a ser un preso de confianza por su "buen comportamiento", al no presentar signos de agresividad y comportarse según lo que se entiende como parámetros de socialización "normal".
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