El Museo Arqueológico de Guissona (Lleida) cuenta desde hace dos años con un guardián felino que protege el yacimiento de la ciudad romana de Iesso tanto de día como de noche. Se trata de Cattus, un gato callejero que se ha convertido en un fenómeno de masas entre los visitantes, que disfrutan de la compañía del felino durante las visitas y pueden seguir su día a día por redes sociales.
"Se ha convertido en el anfitrión del museo. Sale a recibir a los visitantes y los acompaña a hacer las visitas. Los trabajadores entramos y salimos, pero él se queda", explica David Castellana, director del Museo Arqueológico sobre un gato que de un día para otro empezó a frecuentar el espacio histórico.
"Era un gato muy sociable. Estaba enfermo, de hecho tiene un problema respiratorio. Decidimos acogerlo en el museo con el objetivo de curarlo, pero ahí sigue", detallan sobre la mascota del museo de Guissona, que "vive en un despacho" y ya es una atracción más de las notables piezas arqueológicas de la antigua ciudad romana.
El centro decidió darle a conocer por redes sociales y los propios seguidores eligieron el nombre de 'Cattus' en una encuesta por Instagram. Así nació un fenómeno viral que acabó con su propio perfil en redes. "Era una oportunidad para comunicar sobre el museo y el patrimonio de una forma más distendida, pero en ningún caso esperábamos que tuviese esta repercusión".
Un auténtico reclamo en el que Cattus campa a sus anchas por la excavación, aunque siempre aprovecha para recibir a los visitantes. "Es un gato que busca llamar la atención. No es especialmente cariñoso. Estamos trabajando y no te molesta, pero si hay público les va a ver para que le hagan la caricia de rigor", destacan desde el museo.
Tampoco pierde la oportunidad para dormir en cualquier rincón del museo. "Sobre el material romano no lo hace, es respetuoso. Se mueve por donde quiere con libertad, pero manteniendo unos límites. Donde suele dormir de manera habitual es sobre material didáctico. Ya ha probado todo".
Su fama ha ido en aumento hasta tener su propio merchandising. "Cuando lo acogimos fue porque estaba enfermo. Las camisetas solidarias era como una manera de devolver la ayuda a las asociaciones de gatos". Incluso tiene su propio club de seguidores. "Poco tiempo después de crear su perfil propio en Instagram, un par de chicas crearon un perfil aparte que es el club de fans del Cattus".
El museo se ha convertido en su hogar. "Si un día decide quedarse en mitad de la puerta, ahí se queda y la gente tiene que esquivarle para pasar". Pese a ello, hay gente que ha decidido ir al museo arqueológico únicamente para visitarlo. "Le traen hasta comida". Un guardián del museo, aunque para muchos es el emperador de la ciudad romana de Iesso.
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