El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado la tramitación de una nueva ordenanza para aprovechar las aguas grises en edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones, y que obligará a reutilizar el agua de la ducha y las bañeras para las cisternas del váter. Las aguas grises son aquellas generadas al ducharse o bañarse y que, con un sistema de recogida y tratamiento, se pueden recuperar para otros usos como llenar la cisterna del váter.
Obligarán a los nuevos edificios y a los que hagan grandes rehabilitaciones y tengan más de 16 pisos a instalar depuradoras para reutilizar el agua de duchas y baños para tirar de la cisterna y regar por goteo. Para ello dan un dato. Si todos los edificios de la ciudad Condal lo tuviesen instalados se ahorraría un 30% de agua. 300-000 m3/anuales.
El gesto cotidiano de tirar de la cadena del váter es un pequeño desastre ecológico. Cada barcelonés gasta de media 35 litros de agua al día en descargas de esta cisterna. La normativa incluirá a todos los edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones que tengan un consumo de más de 500 m³ al año en duchas y bañeras, ya que los análisis previos indican que este sistema de aprovechamiento hídrico es rentable en aquellos casos que cumplan con dichas características.
En un comunicado este viernes, el consistorio ha explicado que su objetivo es aprobar la normativa a finales de este 2024 y que el primer paso será abrir un proceso participativo, que culminará en el redactado del texto inicial, que se llevará a debate y aprobación.
Según el Ayuntamiento, el reaprovechamiento de las aguas grises ayudará a reducir el consumo de agua potable en el ámbito doméstico, ya que calcula que un hogar de cuatro personas gasta unos 200 litros de aguas grises al día. La nueva normativa establecerá los criterios técnicos para aprovechar estas aguas grises con "garantía de calidad y de forma sostenible".
El consistorio ha añadido que la inversión para instalar este sistema "es mínima" y que se recupera de forma rápida, ya que permite un ahorro directo de unos 90 euros al año por vivienda por la reducción de los consumos.
La construcción de estos edificios tan solo cambiará en que deberán hacer frente a la instalación de una pequeña depuradora donde se tratarán las aguas grises para que se puedan reutilizar de nuevo para las cisternas de váter.
Este proyecto dará continuidad a lo que ya se hace en el distrito de Gracia y la zona del 22@, donde con su Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) ya incluyen la obligatoriedad de desarrollar estos sistemas de aprovechamiento en los nuevos edificios.
La nueva normativa tiene que servir para establecer los criterios técnicos necesarios para aprovechar las aguas grises con garantía de calidad y de forma sostenible.
El ingeniero jefe del consistorio, Oriol Altisench, ha declarado que Barcelona "debe seguir reduciendo y optimizando el consumo de agua potable". Altisench ha recalcado que la ciudad por el momento "está haciendo los deberes", pero ahora ha logrado "dar un paso más con el uso también de las aguas grises". Con los trámites del proyecto iniciando todavía, "el objetivo es aprobar la nueva normativa, si todo va bien, a finales de este año", ha sentenciado el ingeniero
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