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En un contexto de grave sequía en nuestro país, especialmente en regiones como Catalunya o Andalucía, aquí en el sur, el Gobierno de Juanma Moreno se está planteando una nueva medida dirigida a ahorrar agua.
Consiste en la instalación de medidores inteligentes en los hoteles para controlar el gasto hídrico por huésped. A este elemento se podría sumar otra solución que ya se está aplicando en zonas como Girona: llenar piscinas con agua de mar.
Según ha podido saber El Correo de Andalucía, la Consejería de Turismo está negociando con el sector hotelero andaluz implantar estas soluciones. La segunda se barajaría en los establecimientos que tengan piscina en sus instalaciones.
Y acerca de la primera, el medidor se pretende colocar en los baños de las habitaciones. De forma que actúe como un contador individual del consumo de agua por persona alojada. Pagaría más quien más gaste, así de claro.
El mismo diario informa de que algunas cadenas hoteleras ya se han adelantado y lo han incorporado, en el marco de su política de sostenibilidad. Si finalmente se aplica en todas las que operan en la región, sería obligatoria al decretarse emergencia por sequía.
Estos negocios están dispuestos a llegar a un acuerdo con la administración en esta línea. Habrá que esperar para ver si se materializa, cómo se instalan los medidores y en qué plazos para tampoco perjudicar al sector.
Desde la consejería que dirige Arturo Bernal han asegurado que, efectivamente, se "está analizando la implantación de alguna medida que incida en el uso racional y eficiente" de un recurso cada vez más escaso, por la falta de lluvias.
Pero que, en cualquier caso, se contará "con el consenso" de los hoteles. También porque serán ellos los que tengan que asumir tanto la instalación del aparato como su control de uso en cada alojamiento.
Que se haya puesto ahora el foco en el gasto hídrico del turismo no es casualidad. Resulta que en enero de este año, la empresa pública del agua de Sevilla, Emasesa, publicó un alarmante dato, sobre este tema.
Cada huésped consume 350 litros de agua de media, durante su estancia en la capital andaluza. Si se compara con la cifra de un ciudadano (112 litros), la diferencia es importante. Aunque cabe aclarar que en la del turista se incluyen todos los servicios que tiene costeados.
La propia compañía emitió hace unos días, el 22 de febrero, un comunicado en el que informaba que se pasaba del estado de emergencia al de alerta por sequía. Gracias a las últimas precipitaciones, que permitieron aumentar las reservas embalsadas de un 32 a un 45 %.
Con esto, se pospone para después del verano la aplicación de medidas restrictivas, como reducir la presión por las noches. No obstante, siguen recalcando la importancia de ahorrar todo lo posible.
Porque continúan vigentes varias prohibiciones al uso de agua potable en la ciudad, que sólo debe utilizarse para fines esenciales. Y no para riegos, baldeos, llenado de piscinas o el lavado de vehículos con mangueras.
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