Los humanos habríamos provocado la extinción de unas 1.430 especies de pájaros, más del doble de lo que se pensaba anteriormente, según un artículo publicado en la revista Nature Communication, en el que ha participado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Este dato, calculado con modelos matemáticos, descubre la magnitud real de las extinciones globales provocadas por los humanos, con las implicaciones que esto comporta por la crisis de biodiversidad.
Hasta ahora, las observaciones y los fósiles mostraban que desde el final del Pleistoceno, cuando los humanos empezaron a expandirse por el mundo, se habían extinguido unas 600 especies de aves, el 90 por ciento en islas habitadas por personas.
Estas especies van desde el icónico dodo de Mauricio hasta el alca gigante del Atlántico Norte, aunque también hay ejemplos más cercanos, como el ostrero unicolor canario, o el rascón de Eivissa.
Con este artículo y los modelos estadísticos elaborados, los investigadores estiman que la cifra real es algo más del doble: 1.430 especies perdidas, aproximadamente el 11% de todas las especies de aves que existen actualmente.
Hace unos años, muchas de las islas del mundo eran oasis de naturaleza prístina, pero la llegada de personas a lugares remotos como Hawái, Tonga, y Azores, y en islas como las de Canarias o Baleares, provocó impactos de gran alcance que se han alargado muchos años.
Entre ellos, la deforestación de las islas, la caza excesiva y la introducción de especias invasoras. En consecuencia, se eliminaron muchísimas especies de aves en estos espacios insulares.
La desaparición de las aves está documentada desde los años 1500 en adelante, porque antes de ese momento, nuestro conocimiento sobre el destino de las especies sólo se basa en los restos fósiles, pero todavía quedan muchos yacimientos por descubrir.
"Sin fósiles, la verdadera magnitud de las extinciones ha quedado inexplorable y el conocimiento que tenemos es muy desigual en diferentes partes del mundo", explican desde CREAF.
Estas extinciones históricas pueden tener "grandes consecuencias" para el funcionamiento de los ecosistemas. "El mundo no sólo ha perdido un gran número de especies de aves únicas, sino que también se habrán perdido las funciones clave que realizaban los pájaros", destaca Ferran Sayol, investigador del CREAF y coautor del estudio.
Ferran pone de ejemplo la pérdida en la dispersión de semillas o la polinización, que tiene "efectos nocivos en cadena sobre otras especies y el conjunto del ecosistema".
En España, hay tres extinciones de Baleares, todas en Ibiza, y diez de Canarias, mientras que el modelo presentado en el artículo estima que podría haber habido tres extinciones más en Baleares y unas ocho más en Canarias que no conocemos .
Los científicos afirman que su estudio ha revelado algunos de los eventos de extinción de vertebrados más masivos de la historia impulsados por humanos. Uno de ellos durante el siglo XIV en el Pacífico Oriental, donde se ha estimado que se perdieron 570 especies de aves después de que las personas llegaran por primera vez, casi 100 veces la tasa de extinción natural.
El segundo fue en el siglo IX aC, principalmente impulsado por la llegada de personas al Pacífico Occidental. Por último, destacan el evento de extinción actual, que empezó a mediados del siglo XVIII.
Desde entonces, además del aumento de la deforestación y la propagación de especies invasoras, las aves han tenido que hacer frente a amenazas adicionales impulsadas por humanos, como el cambio climático, la agricultura intensiva y la contaminación.
Se prevé que esta crisis en curso supere el evento de extinción del siglo XIV, ya que existe el riesgo de perder hasta 700 especies adicionales de aves en los próximos cientos de años.
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