Maria Rosa es la primera paciente a la que han reconstruido el abdomen y ha recuperado totalmente su funcionalidad. Una técnica pionera realizada por el Hospital Sant Pau de Barcelona, que le ha permitido recuperar plenamente su vida tras un accidente de tráfico que sufrió hace cuatro años en Tenerife.
"Después del accidente era una enferma y ahora soy una persona con una vida cien por cien normal", reconoce la paciente de 67 años, a la que le le quitaron el músculo dorsal ancho y una vena de la pierna para colocarlo en el abdomen. "Antes tenía una peca en la espalda y ahora lo tengo en la tripa".
Es la primera vez que se realiza esta técnica en la pared abdominal, que además de reemplazarla consigue contraerse y funcionar como un músculo exactamente igual al original.
De un estado de salud "delicado" a recuperar su vida
Maria Rosa era profesora y llevaba un par de años jubilada cuando sufrió el acciente, que le provocó un desgarro de la pared abdominal, perforación intestinal y muchas infecciones, quedando perjudicada casi la mitad de la pared abdominal.
Un suceso por el que tuvo que ser operada de urgencia. Una vez recuperada, su estado de salud era muy delicado. "No podía nadar, que me gusta mucho, o hacer excursiones. Era como una anciana de 90 años". Sin embargo, su vida cambió dos años más tarde cuando el Hospital Sant Pau le ofreció la posibilidad de reconstruir su abdomen.
"Pensaba que sería una persona delicada de salud el resto de mi vida. He recuperado mi vida. No sabía que era una cirugía tan extraordinaria. Fui la primera sorprendida", recuerda la paciente, quien afronta su nueva realidad con más optimismo que antes.
"Incluso cuando estaba en el hospital antes de la operación ya cantaba. Me sentía feliz porque todo iba bien". Una satisfacción tras una operación exitosa, que siempre recordará. "Tengo el cuerpo lleno de cicatrices. Los médicos me harán una revisión en primavera, pero ya no me quieren ver más. Solo de visita".
Esta intervención ha pasado a ser la mejor opción reconstructora en pacientes oncológicos, para pacientes que sin está técnica eran considerados inoperables o iban a quedar con muchas secuelas.
"No solo pacientes paliativos son candidatos a cirugía curativa, sino que se obtiene un aumento de la supervivencia global y la recuperación de la calidad de vida normal", explican desde el Hospital Sant Pau.
De hecho, el Doctor José A. González, jefe clínico de Cirugía General y Digestiva de Santo Pau asegura que “incluso en algunos pacientes es imposible diferenciar si el músculo es original o se ha sustituido”.
Además, el hospital ya ha llevado a cabo cinco intervenciones de este tipo y calcula que podría hacer entre tres y cuatro cada año en pacientes con la pared abdominal destruida por un traumatismo, por una hernia o por un tumor.