Mónica de la Llana discutió con su novio Carlos la noche del 21 de julio de 2022 en un bar de Cornudella de Montsant (Tarragona), pueblo vecino de municipio en el que vivía, en La Morera de Montsant (Tarragona). Eso es lo último que su familia supo de ella, hasta que unos días más tarde el exnovio de ella se puso en contacto con su madre para mandarle un audio de más de una hora en el que se oye a un hombre pegarla, asfixiarla y amenazarla de muerte mientras Mónica grita y pide que la suelten.
Fue la misma Mónica quien envió ese audio a su expareja unos días antes, y le dio instrucciones claras: "Si alguna vez me pasa algo, envíale esto a mi familia y llevadlo a la policía".
Esta mujer, de 45 años, consta como desaparecida desde hace más de de un año y la investigación policial sigue abierta, bajo secreto de sumario. La hermana de Mónica, María Jesús, y su madre denunciaron la desaparición el diez de agosto, casi veinte días después de que se la viera por última vez porque, aunque era habitual que de vez en cuando no supiesen nada de ella durante unos días, no les parecía normal que no se hubiese conectado a WhatsApp en casi tres semanas, ni hubiese actualizado sus redes sociales.
"Mi hermana está muerta", dice María Jesús convencida, aunque no se hayan encontrado pruebas de ello. "La bronca seguiría en casa, quizá se fue de las manos y lo que pasó, pasaría", insinúa sobre la posible muerte de Mónica: "Yo creo que está enterrada o la tiraron al pantano".
Mónica grabó el audio en junio, un mes antes de su desaparición, a escondidas de su pareja, para, aparentemente, dejar un registro de los maltratos que sufría.
"Se oye una pelea", describe María Jesús, "al principio es una pelea verbal con mucha agresividad, en la que le dice que la va a enterrar", destaca, "luego le tira el ordenador al suelo, se rompe un cristal de una foto que luego mi madre encontró llena de sangre". A continuación, Carlos pega a Mónica y él le tapa la boca mientras ella suplica que deje de hacerle daño y le deje respirar.
"El audio es terrorífico", asiente la María Jesús, "me dan ganas de meterme dentro del audio a ayudar a mi hermana".
Tras un año de investigación, la familia denuncia que los Mossos d'Esquadra, al cargo el caso, prácticamente no les han dado información sobre los posibles avances que hayan hecho, ni han detenido al novio de Mónica, por los malos tratos de los que le acusan tras la información revelada por el audio.
María Jesús no veía a su hermana desde el día de San Juan, ella estaba enfadada por el estilo de vida que Mónica llevaba, "aun sin saber nada de lo que estaba pasando", lamenta, y no habían hablado demasiado en las semanas previas, pero la desaparecida sí mantenía una buena relación con sus amigas.
De hecho, había quedado con una de ellas para comer en Reus (Tarragona) el mismo día de la desaparición, aunque finalmente no pudo ir y le mandó un WhatsApp en el que decía "ya te contaré lo que me está pasando, no estoy bien".
Fue unas horas más tarde cuando ocurrió la discusión en el bar. "Lo vio todo el pueblo", asegura la hermana, puesto que el municipio tiene menos de mil habitantes, quienes describen al novio de Mónica como "muy agresivo y follonero".
Sobre lo que hizo en la semana previa a su desaparición, la familia de Mónica y la policía han podido saber que siguió sus rutinas habituales, gracias a conversaciones con sus amigos, con quienes no perdió el contacto en ningún momento y que han podido acreditar con conversaciones de WhatsApp, que la mujer tenía que trabajar en el fin de semana y tenía el plan de hacerlo. Además, tuvo varias revisiones en los días anteriores a su desaparición en un hospital en Valls (Tarragona), por el asma que sufría.
Los amigos conocían "todas las broncas que tenían Mónica y su novio", asegura María Jesús, y habían advertido a la mujer en más de una ocasión de que se trataba de "un hombre peligroso", aunque ella nunca quiso hacerles caso.
Tras la última vez que fue vista en el bar de Cornudella, las cuentas bancarias de Mónica no han registrado movimientos, tampoco ha obtenido nuevas recetas para su afección asmática, por la que tenía que medicarse regularmente.
Por todo ello, María Jesús cree que su hermana nunca tuvo la intención de desaparecer y "nunca dejaría a su hijo", concluye.