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Dos lanzamientos por cada participante, casi ocho metros de barra y una solo regla: que no se caiga. Si la cerveza va al suelo, la tirada queda desclasificada. Son las normas del primero concurso de tiraje de cerveza que ha celebrado un bar de Sevilla para conmemorar su primer aniversario abierto.
"Invitamos a los bares más cercanos para hacer una jornada de convivencia", nos cuenta Fernando Morales, uno de los dos hermanos que gestionan el Bar Moraleja, en pleno centro de Sevilla. Cada local que acudió a la cita tenía que traer dos cosas, una tapa y un tirador. "En mi caso fui yo", dice Fernando.
Su hermano José Luis prefirió ser parte del jurado que no solo medía la distancia recorrida por cada cerveza lanzada. "La que llega más lejos consigue más puntos", explican, pero ahí no acaba la jugada. El jurado mide desde como se echa la cerveza hasta la forma de lanzarla por la barra.
"Aunque no siempre, en nuestro bar solemos servirlas así", confiesa Fernando que sin embargo no ganó... y eso que jugaba en casa. Después de una reñida competición entre doce bares de Sevilla, la victoria del Primer Concurso de Tiraje de Cerveza Cruzcampo fue para El Bar Julio César.
"Se valoró la limpieza, la técnica y la presentación", dicen desde la organización, "y por otro lado el lanzamiento y deslizamiento de la cerveza desde el tirador hasta el final de la barra". Y como no podía ser de otra manera, el premio para el ganador consistía en el peso en cerveza del participante.
Tras la competición de los profesionales, llegó el momento del concurso amateur. Doce clientes se pusieron al otro lado de la barra para probar suerte. La mayoría lanzaba por primera vez aunque algunos no lo pareciera, como Paula Amores, que se llevó la tirda perfecta amateur.
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