Blanca, la perrita de El Ejido que cada tarde busca a su dueño en el parque donde murió: "Nunca se despegaba de él"

El día que Guido apareció muerto en el Parque Municipal de El Ejido, en Almería, a su lado estaba Blanca. Esta perrita de pocos años no se había separado en vida de él... y no quería hacerlo ahora. Pero cuando la funeraria se llevó el cuerpo de su dueño, Blanca se quedó huérfana en el parque donde llevaban casi cinco años durmiendo juntos.

"Nunca se despegaba de él", dice Antonella, una vecina del parque que se ha hecho cargo de Blanca. "La conocía porque todas las tardes me sentaba con su dueño a hablar mientras mis hijos jugaban con la perrita", explica a NIUS. Todos los niños de la zona conocían a Blanca porque solía jugar con ellos cuando visitaban el parque.

Cuando Antonella se enteró de que Guido había fallecido y que Blanca necesitaba una familia ni se lo pensó. Salió corriendo de casa y bajó al parque, donde la perrita estaba con Loli, otra vecina del barrio. "Allí mismo hablé con la policía que estaba en el parque y les dije que me hacía cargo del animal", dice Antonella.

Le costó llevársela del parque. "Estaba muy nerviosa y tiraba para atrás", cuenta a NIUS. No quería marcharse, pero finalmente accedió y Antonella la subió a su casa, que se encuentra precisamente muy cerca del parque. "Al entrar en casa y ver a mis hijos, que ya los conocía, se puso muy feliz y saltaba con los niños". 

Ahora la vida de Blanca ha cambiado por completo... De vivir en la calle a tener un hogar propio. Además, Antonella tiene cuatro hijos, "cinco contándome a mi", bromea... Y todos están encantados con el nuevo miembro de la familia. "Es un ser muy especial", cuentan a NIUS, "y además está muy bien educada".

A pesar de ser la primera vez que vive en una casa, Blanca sabe cómo comportarse. "No hace pis ni caca dentro y no ensucia nada", dice Antonella, sorprendida por su comportamiento. "Se acuesta en su cama y no da problemas". Y cuando salen a comprar, si entran en una tienda, ella les espera fuera. "Se nota que le ha criado una persona increíble", dice Antonella.

Blanca sigue recordando su antiguo dueño. "Siempre que salimos de casa, intenta tirar para el parque", nos confiesa, "de hecho si la suelto va para allá seguro". Allí sigue buscando a Guido y de hecho su primera parada siempre es el lugar donde apareció su cuerpo. "Olisquea entre el altar de velas y flores que han puesto los vecinos", dice Antonella.

Luego, echa a correr por todo el parque, como hacía cuando estaba con Guido, siempre en busca de niños para jugar. Ahora sin embargo son ellos los que le buscan a ella. "La gente se vuelve loca al verla, la abrazan, la acarician...", cuenta Antonella. Es parte del cariño que todos le tenían a Guido y que ahora Blanca recibe por él.

"La llevo todos los días al parque, donde sigue esperando verlo", explica su nueva dueña. Y aunque Guido ya no está, Blanca no se rinde y cada tarde vuelve a repetir una y otra vez lo mismo... buscar a su dueño en el último sitio donde estuvieron juntos.