Casi cincuenta años han pasado desde que cinco personas fueron asesinadas en la finca 'Los Galindos' en 1975. Aún quedan muchas incógnitas que en 'La verdad de Los Galindos' se intentan despejar. En esta ocasión, el programa da a conocer, en exclusiva, tres pruebas que no se investigaron en el caso y que podrían haber supuesto un antes y un después.
Unas marcas sospechosas en el coche del Marqués, la huella en el gatillo de la escopeta con la que se disparó a Parilla y el reloj de Zapata, el capataz, parado a una hora que no cuadra son las tres pruebas que si se hubieran tenido en cuenta en la investigación podrían haber cambiado el curso de los acontecimientos.
Esto implicaría una evidencia de que presuntamente habría habido una 'mano negra' que entorpeciese la resolución del caso. ¿Por qué no se quisieron investigar estas pruebas?
Luis Frontella, catedrático de medicina forense, asegura que la huella del gatillo que descubrió era “identificable” y que se necesitaba invertir un dinero para poder comprar “unos reactivos” sensibles a la luz forense. Sin embargo, sus superiores decidieron no hacerle caso y jamás pudo identificarse esa marca.
Por otro lado, ocurrió algo bastante extraño en el coche del marqués. Se descubrió que las marcas que había por toda la chapa eran de perdigones, pero, tal y como explicaba Heriberto Asencio, juez de Marchena, alguien lo “lavó” y “manipuló” poco antes de que lo analizaran, quitando todas las evidencias.
Por último, otra prueba que no se llegó a tener en cuenta fue el reloj automático que llevaba en su muñeca Zapata. Una pieza que se cargaba con el movimiento y que podría haber explicado cómo fue trasladado su cuerpo sin vida hasta el lugar en el que fue hallado.