Juan Gutiérrez llegó a la finca de Los Galindos tan solo seis meses después de los crímenes que sucedieron en 1975 y lo que se encontró ahí fue algo que le dejó sin aliento y que, años después, no ha logrado olvidar.
En ‘Toda la verdad sorbe Los Galindos’, el que fuera hijo del nuevo capataz de la finca ha explicado lo que vieron sus ojos y, también, la impresión que le dio el marqués de Grañina cuando lo conoció en persona.
Cuando se mudó a la finca en la que tuvieron lugar los crímenes, Juan Gutiérrez ocupó la habitación en la que había muerto tiempo atrás Juana Martín, mujer de Manuel Zapata, excapataz que murió en Los Galindos.
“Cuando llegamos nos encontramos unas manchas que no había forma de quitarlas”, explica, insinuando que se trataban de restos de sangre. Pero eso no es todo, cuenta que, un día que limpió la casa del señorío, encontró algo más fuerte.
“La casa del señorío no se había abierto nunca, no entraba ni la marquesa”, declara. Juan Gutiérrez explica que le mandaron limpiarla y darle una mano de pintura y que, cuando empezaron a hacer el trabajo, se encontraron algo que llamó su atención.
“Abrí un armario y me encontré la sorpresa, había una mancha muy grande y muy oscura”, asegura. Él corrió a decírselo a su padre, el capataz, quien le dijo: “Tú no has visto nada y no tienes que decir nada”, declaraba el invitado, que narraba que el susto les “invadía”.
Asegura nuestro invitado que conoció en persona al marqués de Grañina y dice de él que era “un hombre fino, muy serio, educado y distante”: “Lo vi en dos o tres ocasiones, la primera vez no sabíamos quién era”, asegura.
Al ver un vídeo de su padre, que fue capataz de la finca Los Galindos, Juan no podía evitar emocionarse: “Siento mucha pena por él, por lo que vivimos allí. Me emociono”.